Sergio Pérez disfruta mucho correr en su país y ante su gente, donde se siente querido y apapachado, pero sobre la pista del Autódromo Hermanos Rodríguez, la relación es otra.
En tres años, desde el regreso de la Fórmula Uno a la capital, Checo no ha podido quedar entre los mejores cinco pilotos del Gran Premio de México. Su mejor resultado fue séptimo en la edición pasada.
“El objetivo siempre será sumar puntos en el campeonato, pero para este año quiero estar entre los mejores de la carrera”, explicó el tapatío, quien ha quedado Top 10 en las últimas ediciones en la Magdalena Mixhuca.
Checo, piloto de Racing Point Force India, marcha octavo en el campeonato, con 57 unidades, a cuatro de Nico Hulkenberg, volante de Renault.
El mexicano se ha distinguido por ser el mejor piloto del resto. Al no contar con el poderío de Mercedes, Ferrari o Red Bull, Pérez compite por ese séptimo lugar.
Desde la salida de Esteban Gutiérrez y el retiro del brasileño Felipe Massa de la Fórmula 1 Sergio es el único mexicano y latinoamericano en competir en la máxima categoría del automovilismo. Eso le da un poco más de responsabilidad al tricolor, quien se mantiene como la imagen de medio continente —el canadiense Lance Stroll es el otro volante americano—.
“Estar en F1, en cualquier nacionalidad, es muy complicado. Sólo estoy yo en el momento, y es porque es muy difícil. Tenemos que irnos a Europa desde muy pequeños y sacrificar más que los europeos”, explicó el del automóvil rosa.
Pérez está seguro que viene una camada importante de latinoamericanos, listos para competir en El Gran Circo.