El Atlético de San Luis y Venados de Mérida jugaban el partido de vuelta de las semifinales del Ascenso Mx. Con posesión de balón y llegadas de peligro el equipo local arrancó los primeros minutos.
El defensor Matías Catalán comenzó con los embates de peligro del Atlético de San Luis. El lateral por derecha llegaba constantemente a línea de fondo y fue al minuto 6 cuando mandó centro al área y los atacantes potosinos no pudieron concretar la primera acción real de peligro.
Venados respondió con un contra golpe al minuto 9, la respuesta inmediata del Atlético de San Luis fue contundente y con centro de Matías Catalán que recentró Ian González y Fernando Madrigal la mandó al fondo del arco de Navarrete. El marcador se movía 1-0.
Venados trató de responder y un descuido del capitán potosino Pedro Mario Abrante casi les costaba el empate.
En una jugada posterior el defensor Jonathan Sánchez no midió el viaje del balón, Nicolás Ibáñez robó la pelota en los límites del área grande, “el killer” no perdonó y frente a Navarrete anotó el segundo de los locales. La diferencia ya era de dos goles.
Venados tuvo respuesta muy tibia hasta el minuto 28, sin embargo, la intensidad del partido cayó.
El balón se disputaba la mayor parte en el centro del campo y Venados ahora trataba de hilvanar sus jugadas hacia la portería de Carlos Felipe Rodríguez. El Alfonso Lastras vivía un ambiente fenomenal.
El primer cambio de Venados Fredy Martín ingresó por Bryan Colula.
Unaí Bilbao no regresó al campo, y en su lugar ingresó Mario de Luna.
Para la segunda mitad, dos llegadas consecutivas de Venados de Mérida que Felipe Rodríguez se empleó a fondo para impedir que el balón tocara la red. Los visitantes se aproximaban peligrosamente.
Al 30’ de tiro libre de Francisco Uscanga descontó para los visitantes. Los visitantes trataban de revivir, pero no les alcanzó.
Ya en la cancha, el argentino Claudio Villagra en un contragolpe al 93, puso cifras definitivas para cerrar el partido 3-1 en la cancha del Alfonso Lastras. Atlético de San Luis pasa a la final, la segunda final consecutiva para los dirigidos por Alfonso Sosa.
El aforo en el Alfonso Lastras fue de 23 731 aficionados.