Los Ángeles.— Es la tercera vez que Javier Hernández recorre este sendero, aunque hay diversas condiciones que le permiten ilusionarse con que ahora no se tornará oscuro en la parte determinante. Esta noche, la Selección Mexicana se despedirá de la afición estadounidense, previo a su participación en la XXI Copa del Mundo, y el Chicharito confía en que la capacidad de Juan Carlos Osorio sea otro factor que le permita escribir una inolvidable página para el futbol nacional.
El máximo anotador en la historia del Tri (49 goles) está convencido de que el colombiano es el adecuado para guiar a un equipo que desea romper la barrera de los octavos de final. “Es increíble, así de simple. Es una gran experiencia [trabajar con el colombiano], porque —además de ser un gran ser humano— es un magnífico entrenador”, dice el delantero del West Ham. “Tiene un carácter especial y pienso que es como un genio, porque nos ha enseñado un camino completamente diferente”.
“Cuando hablas con él aprendes mucho. Te puede hablar cinco minutos sobre un partido o un jugador en específico. Lo único que puedes hacer es aprenderle y nos da un muy buen balance entre lo que ocurre en la cancha y tu vida personal”.
Los duelos ante los británicos servirán para que el sudamericano decida quiénes acompañarán al lesionado Néstor Araujo como las últimas cuatro bajas del combinado, aunque Hernández aprovecha para solicitar irrestricto apoyo durante las siguientes semanas, porque “no hay una cosa que sola nos vaya a hacer marcar historia. Es un cúmulo de situaciones”.
“No sigamos con la cultura de polarizar las cosas, de que necesariamente haya un héroe, un villano, un blanco o un negro, así es que él [Osorio] es parte fundamental, como lo soy yo, la prensa, las críticas, los halagos, el crecimiento, los errores, la gente”, añade.
“Creo mucho en la energía y todos debemos enviar algo. Suena muy filosófico, romántico o ma..., pero así lo veo. Aquí no hay fórmula secreta”.
Por lo que el margen de error se ha reducido considerablemente. Quedan 270 minutos para afinar detalles.
“Sé que somos privilegiados, pero también seres humanos y jugamos un partido de futbol que puede cambiar vidas, claro, pero no todo depende de mí. Queremos hacerlo de la mejor manera y sabemos que el resultado es ganar, pero en México nos hace falta aceptarnos”, insiste. “Estoy feliz de intentar ganarme un puesto en el Mundial y eternamente agradecido con la vida, porque el crecimiento va más allá, incluso, de ganar una Copa del Mundo”.