El deporte nació para ser practicado, observado y seguido por todos, sin importar origen o color de piel. Pero el racismo existe y en este 2018, se presentaron diferentes episodios de estas manifestaciones en el futbol. Apenas el miércoles pasado, Kalidou Koulibaly, defensa franco-senegalés del Napoli, fue objeto de cánticos racistas durante el partido de su equipo en el estadio del Inter de Milán.

En México, esa forma de discriminación se presentó con las acusaciones del silbante Adalid Maganda sobre el presidente de la Comisión de Árbitros, Arturo Brizio, quien dijo, lo insultó y despidió por su color de piel, no por su capacidad.

“La sociedad mexicana es déspota no tanto con la gente de otro color, sino con los indígenas, gente que no tiene poder adquisitivo, pero con la que comparte el transporte u otras cuestiones”, menciona el sociólogo José Miguel Candia.

¿Pero cómo se explica este fenómeno en el deporte?

Candia es enfático al mencionar que en México, “la raíz no es tan profunda, como en Europa”, pero existe. En la Liga MX, “claro que se da, pero va sobre la cuestión de burla y presión al contrario, que por otras causas. La porra agrede y se burla del color o la nacionalidad de un jugador rival, y eso es racismo, pero si el jugador de esas características está en nuestro equipo no decimos nada y hasta le festejamos lo que hace".

Igual pasa con “los jugadores rubios, les gritan ‘güero’ y le suman un adjetivo ofensivo. Reitero, en México esa cuestión por ahora está controlada”. Mas no por eso debe de tomarse a la ligera.

Han existido otros casos en el año en el futbol europeo, y ahí la cuestión es más profunda, “en Europa pesa el nacionalismo y el regionalismo. Catalanes contra castellanos en España (Barcelona vs Real Madrid); italianos del sur contra los del norte (Milán contra Náples, como ejemplo). Hasta cuestiones históricas como en los enfrentamientos entre Holanda y Alemania que conllevan mucho rencor desde la Segunda Guerra Mundial. Cada vez que estos países chocan en competiciones internacionales, salen a flote todo lo que sucedió en aquella época”.

México tiene su apartado en ese sentido, “se nota este fenómeno cuando la Selección Mexicana va a Centroamérica. Allá nos dicen: ‘el imperio de los ojos negros’. El rencor de países como Honduras, Costa Rica o El Salvador es marcado”.

Decir que el racismo no existe o no tomarlo con la importancia que se debe, según los expertos, también es un error, sobre todo en un ambiente como el deportivo, en el que el anonimato que da gritar desde la tribuna no ayuda a erradicarlo.

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