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El argentino Santiago Solari se estrenó hoy como nuevo técnico del Real Madrid con una cómoda goleada 4-0 en la Copa del Rey lograda en el campo del modesto Melilla y con el brasileño Vinicius como gran atractivo del choque.
El equipo blanco arrancó su camino en el torneo coincidiendo con los dieciséisavos de final. Impuso la lógica ante un equipo de la tercera categoría del futbol español y logró una victoria que, visto el tamaño de su crisis, no le viene mal.
Tras el despido de Julen Lopetegui, Solari asumió el lunes el banquillo del Real Madrid de forma interina, aunque nadie se atreve a asegurar que no vaya a estar hasta final de temporada.
Lo primero que tuvo fue un sencillo trámite en la Copa del Rey, vista la endeblez del rival. Solari formó un once titular en el que incluyó a titulares como Sergio Ramos, Marco Asensio o Karim Benzema junto a numerosos reservas.
Uno de ellos fue Vinicius, condenado al ostracismo por el anterior entrenador. El joven y pequeño delantero brasileño aprovechó extraordinariamente los minutos con un buen número de destellos que hicieron más divertido el duelo.
El Melilla arrancó fogoso, pero con el paso del tiempo se fue difuminando y a los 28 minutos el Real Madrid se adelantó con un gol de Benzema tras asistencia de Álvaro Odriozola, otro de los descatados del Real Madrid y olvidado por Lopetegui.
El conjunto blanco afianzó su victoria justo antes del descanso con un gol de Asensio tras recibir un pase de Vinicius. Ahí acabó la emoción del partido, si es que en algún momento existió.
La segunda parte fue poco estimulante, aunque los jugadores del Real Madrid actuaron con la seriedad que exige estrenar entrenador y querer que se fijen en ellos.
A los 79 minutos llegó el tercer gol, marcado por Odriozola, en una jugada que comenzó con un precioso pase de tacón de Vinicius, quien antes había estrellado un balón en el travesaño. Y ya en el descuento llegó el cuarto gol en un saque de esquina.
El Real Madrid se marchó de Melilla con el anhelo de que sea el comienzo de una etapa más fructífera que la vivida hasta hace unos días. A efectos estadísticos, la historia dirá que fue el primer triunfo de Solari como técnico blanco.