Aunque tiene más de 150 años de historia, el mezcal de San Luis Potosí no es tan famoso como otros pero, para descubrir los placeres del destilado, hay que visitar los lugares donde se produce para conocerlo desde los primeros pasos de su elaboración, probarlo e, inevitablemente, enamorarse de su sabor y calidad.
San Luis Potosí fue uno de los primeros estados reconocidos con la denominación de origen del mezcal y, por eso, ahora existen recorridos por las haciendas que lo fabrican de modo artesanal, explica Rosa María Gutiérrez, coordinadora de Promoción de la Secretaría de Turismo de ese estado.
Municipios como Charcas, Ahualulco, Villa de Guadalupe, Mexquitic de Carmona y la capital del estado conforman la Ruta del Mezcal en San Luis Potosí. Cada uno prepara degustaciones y otras experiencias para acercarse a esta bebida.
Foto: Mezcla Júrame
“Antes de la Revolución, las haciendas del centro y altiplano de San Luis Potosí –llegaron a ser alrededor de 200– se encontraban en grandes extensiones de tierra en donde se daba de manera silvestre el agave salmiana (el típico de esta región): la materia prima para elaborar el mezcal”, dice. “La mano de obra ya la tenían con los peones; a las haciendas, vender esa bebida les servía como una entrada de dinero adicional”.
Tras la Revolución mexicana, con el reparto agrario, muchas de esas propiedades fueron abandonadas y varias fábricas cerraron. “Pero otras continuaron trabajando, como Laguna Seca, que está en el municipio de Charcas; Estación Ipiña y Santa Teresa, en Ahualulco; en la capital está Hacienda Peñasco; y en Villa de Guadalupe, Santa Isabel”, enlista Gutiérrez.
Además del agave salmiana, otra cosa que distingue a los mezcales de San Luis Potosí es un proceso de elaboración ancestral conocido como “vino de campanilla”. “Se prepara en destilador de barro y es el único lugar en México en donde se hace de esa manera, por lo que hay planes para hacerlo patrimonio del estado”, dice la funcionaria.
Fotos Cortesía Sectur San Luis Potosí
Aunque cualquiera puede visitar las haciendas mezcaleras de San Luis Potosí en auto, lo mejor es contratar un recorrido con algún operador turístico, como es el caso de la empresa Auténtico San Luis, la cual ofrece una experiencia para acercarse a los sabores y aromas de la preparación de esta bebida en medio de un ambiente rural.
La salida es a las 9:00 de la mañana desde la ciudad de San Luis Potosí para ir a San Miguel de Mexquitic, lugar que, por cierto, fue el primer asentamiento español en el estado. En esa comunidad todavía se pueden conocer los procesos para la preparación y elaboración del mezcal mediante la técnica de “campanilla”.
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La siguiente parada es Estación Ipiña, en el municipio de Ahualulco del Sonido. Este nombre, por cierto, se debe a que ahí nació Julián Carrillo, el mexicano que, a principios del siglo XX, revolucionó la música al agregar un sonido más a la clasificación clásica de 12 tonos. Aquí se visita la mezcalería La Flor, que tiene más de un siglo de tradición y en donde se produce “Júrame”, una de las marcas de mezcal potosino más premiadas. En octubre de 2019 ganó el oro en la tercera edición del Mexico Selection by Concours Mondial de Bruxelles, en la categoría de destilados. Además de recorrer la fábrica, hay una degustación para descubrir los tonos de esta bebida.
El regreso a la capital de San Luis está programado para después de las 14:30 horas, por lo que es una excelente opción de medio día para disfrutar de la ciudad el resto de la tarde.
El tour, que puede comprarse para dos personas en adelante, cuesta 950 pesos por persona y se reserva por teléfono, internet o en los módulos turísticos del centro de San Luis Potosí. No incluye comidas ni cócteles, pero sí las degustaciones y un guía certificado.
En estos recorridos, que pueden hacerse en familia (obviamente, los menores no pueden beber), tienes la gran oportunidad de comprar mezcales directamente del productor y apoyar la economía local. Así que lleva efectivo suficiente para llevarte una o varias botellas. Y no olvides vestir ropa fresca, bloqueador solar y sombrero.
Foto: Mezcla Júrame
La finalidad de estos recorridos es dar a conocer la tradición, el proceso y todas las personas que están detrás de cada botella, además de cuánto tiempo pasa para poder cortar un maguey, las variedades y por qué el mezcal de esta región sabe diferente a otros, dice Gutiérrez.
También se incluyen otros destinos dentro de la ruta, como la comunidad de Pocitos, donde hay que comer chinicuiles asados –o “gusanos de chile”– y el poblado de Salinas, donde se localizan varias fábricas de sal.
Incluso hay recorridos que lo combinan con el pulque, bebida que se obtiene de la misma planta. Y para los de espíritu más hipster, se organizan paseos temáticos en la misma ruta de mezcal y cerveza artesanal. Para escoger el tour que más te guste, busca las opciones en los sitios web de los operadores locales
Así que la próxima vez que visites San Luis Potosí, recuerda que: “para todo mal mezcal; si no tiene remedio, toma litro y medio”; y, “que el primer trago raspa, pero el segundo, resbala”.
Fotos Cortesía Sectur San Luis Potosí
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