El estruendo del agua que se precipita al abismo te podría hacer renunciar a una aventura inolvidable: descender a rappel, justo al lado de la cascada de Tamul. Pero te atreverás a dar el primer salto cuando observes el paisaje: ríos de color turquesa, formaciones caprichosas y la frondosidad de la selva que rodean a esta maravilla natural del municipio de Aquismón, y cuyo centro fue nombrado Pueblo Mágico en 2018.

Tamul también puede ser contemplada desde abajo, donde la cortina de agua se une al río Tampaón. Para llegar, te recomendamos contratar los servicios de una touroperadora certificada, como Mundo Extreme o. Ambas organizan recorridos en panga, en balsas de raf- ting y en tablas de paddle surf para sortear los rápidos que se forman en este cauce de aguas turquesas.

Amanecer escandaloso

En Aquismón no todo son cascadas. Aquí también se encuentra el sexto abismo natural subterráneo más profundo del planeta, el Sótano de las Golondrinas, con una caída libre de casi 500 metros.

Diariamente, en punto de las cinco y media de la mañana, de su interior emerge un espectáculo único: el vuelo sincronizado —en forma de remolino— de millones de vencejos que viajan al golfo de México en busca de alimento. Contempla la escena desde los miradores que hay cerca de la boca de la cueva.

Otro espectáculo similar ocurre a pocos kilómetros de distancia de esta sima. Se trata del Sótano de las Huahuas, habitado por loros verdes y vencejos de pecho blanco. Sus aves tienen un protocolo para salir del abismo: en la primera parvada van las que tienen polluelos; le siguen las más viejas y, al último, las jóvenes que están aprendiendo a volar.

El espectáculo en ambos sótanos dura alrededor de hora y media. Y, una vez que las aves han salido del interior, entonces tienes la oportunidad de rapelear en su interior, en compañía de un espeleólogo.

Si lo tuyo no es la aventura, cerca de Huahuas hay un beneficio cafetalero, donde la familia Flores ofrece un recorrido para enseñarte a recolectar las cerezas del café, a limpiarlo, tostarlo y degustarlo como “Dios manda”: sin azúcar.

Cavernas sagradas de Aquismón

A 20 minutos del centro de Aquismón, prevalece un lugar sagrado al que los abuelos tének solían peregrinar para pedir al ser supremo de la fertilidad, que las embarazadas tuvieran un buen parto.

El altar rústico donde se colocaban las ofrendas de semillas se encuentra al interior de Mantetzulel, un inmenso salón cavernoso dividido en cuatro cuevas.

La filtración del agua y el poder del viento han moldeado sus paredes, las cuales han adoptado la forma de animales (o al menos así parecen). Los habitantes de la zona te llevan a recorrer el interior iluminado naturalmente por los rayos del sol que se filtran por una parte del techo que colapsó hace miles de años.

Cerca de ahí, también puedes hacer una parada en Tambaque, un balneario de manantiales escalonados que nacen al pie de la sierra.

Una vuelta por el Pueblo Mágico

Después de tener una mañana repleta de aventuras, por las tarde date una escapada al centro de Aquismón.

En los portales hay restaurantes para probar la gastronomía de la Huasteca Potosina, como las enchiladas con cecina y los bocoles rellenos de frijol, acompañados de una taza de atole de ajonjolí.

En época de intenso calor (entre abril y julio), refréscate con un pozol, elaborado con cacao, maíz, agua y azúcar.
En el centro también encontrarás un corredor artesanal para comprar textiles bordados a mano por indígenas tének. En los lienzos de manta verás plasmados los símbolos sagrados de su cultura: la flor de los cuatro vientos y el árbol de la vida.

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