Las grandes empresas establecidas en México adeudan al Servicio de Administración Tributaria (SAT) una cifra récord de 186 mil 40 millones de pesos al cierre de 2018, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Además de ser una cantidad histórica, al menos desde que hay registros de esta información (2015), el monto de los créditos fiscales de los grandes contribuyentes creció de manera importante respecto a 2017, cuando entonces los pasivos ascendían a 126 mil 89 millones de pesos.

Quiere decir que los adeudos de las empresas más grandes en México, entre las que están multinacionales, creció 48 por ciento tan sólo de 2017 a 2018.

Los 186 mil 40 millones de pesos que deben las empresas equivalen a 25 por ciento del total de la cartera de créditos fiscales, la cual incluye al resto del universo de contribuyentes.

Es decir, uno de cada cuatro pesos que se le debe al erario son de las empresas más grandes en México.

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Muchos de esos recursos que las grandes compañías le deben al SAT están en la cartera de créditos fiscales controvertidos, es decir, en los que los contribuyentes promovieron medios de defensa y por lo cual no pueden ser objeto de acciones de cobro.

Los grandes contribuyentes tanto de empresas nacionales como las extranjeras representan la segunda recaudación más importante en nuestro país después de la retención de impuestos de los trabajadores, destaca el socio fundador de Bettinger Asesores, Herbert Bettinger.

Por otro lado, el abogado fiscalista dice que hay que tomar en cuenta que estos contribuyentes arrastran adeudos en un entorno de escasez de liquidez y sin estímulos eficaces.

“La reforma fiscal del gobierno de Enrique Peña Nieto fue restrictiva, porque afectó a todo contribuyente, pero más a las empresas, porque quitó las deducciones y eso trajo que 30 por ciento implicara una cantidad superior de pago de impuestos”, señala.

De acuerdo con datos del SAT, en 2018, vía los grandes contribuyentes se obtuvieron ingresos por un billón 134 mil 548 millones de pesos.

Créditos fiscales. Si se considera el monto de créditos fiscales de personas físicas con y sin actividad empresarial, y las de personas morales, en la que además de grandes empresas también se encuentran pequeños y medianos negocios, los adeudos totales con el SAT suman 747 mil 177 millones de pesos.

De ese total, 379 mil 875 millones de pesos no los puede requerir el SAT porque están bajo algún proceso legal que impide su cobro.

Además, hay otros 81 mil 763 millones de pesos de baja probabilidad de cobro porque son cargos a deudores insolventes o no localizados.

Ayer, en entrevista con EL UNIVERSAL, la jefa del SAT informó que apelarán al civismo contributivo, principalmente de las empresas, para que paguen las que no cumplen con sus impuestos. Comentó que es necesario eliminar la cultura de la evasión, la cual se ha convertido en un deporte en México.

Panorama complicado. Herber Bettinger aprueba la política de la nueva jefa del SAT para combatir la evasión y de pugnar para acordar en vez de perseguir, porque es lo más acertado; así se evitan problemas que trascienden en el tiempo y son costosos. “Es mejor llegar a un convenio de pago que a un pleito”.

Refiere que en Estados Unidos, que tiene una mejor recaudación que la mexicana en relación al número de contribuyentes, lo que se busca siempre es el diálogo y negociación; a falta de ello se van a litigio.

En cambio, en México no se privilegia la negociación y por eso se llega a adeudos controvertidos que están impugnados o en juicio de nulidad.

Pero hay que tomar en cuenta que estamos en un año de inicio de gobierno y un entorno en el cual la economía mundial se está desacelerando, apuntó.

El integrante de la Comisión Fiscal 3 del Colegio de Contadores Públicos, Mario Escobosa, dice que las nuevas reglas para la compensación de impuestos vendrán a complicar el panorama de los adeudos fiscales.

Afirma que el entorno de menor crecimiento, incentivos para la inversión y la incertidumbre que genera el arranque del nuevo gobierno, se reflejará en el ánimo de los capitales y por ende en la recaudación.

Ahora más que nunca las empresas requerirán liquidez que no tendrán al limitarse la compensación universal de impuestos, aseguró.

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