“Llévele, llévele, son de a cien, de a cien, de a cien”, estos llamados se escuchan ofertando productos en el centro histórico. Ya son parte de la vida cotidiana que adornan las calles del primer cuadro de la ciudad. Desde ropa y accesorios, hasta botanas y juguetes, los vendedores ambulantes han tomado las calles y banquetas para mantener su fuente de trabajo.

Este fenómeno es un problema imposible de erradicar, sin embargo, es urgente el reordenamiento y regulación de los comerciantes informales. Tan sólo en el centro histórico hay más de mil 100 puestos ambulantes.

El reordenamiento exitoso sólo se ha logrado en determinadas fechas al instalar grandes estructuras y situar a todos los comercios en el perímetro de la Alameda.

Pese a que uno de los compromisos de campaña de la actual administración municipal fue hacer frente a esta problemática, el tema se ha dejado de lado con la cercanía de los próximos comicios.

Los ambulantes por su parte aseguran que es injusto que las autoridades intenten quitarles su fuente de trabajo, pues aseguran que un reordenamiento no siempre es la solución, ya que ellos se instalan dónde mejor conviene a sus ventas, aunque ni esto les garantiza una entrada económica diaria.

La organización Nuestro Centro argumenta que no se puede erradicar el comercio ambulante, pero si es necesario regularlo. Alberto Narváez Arochi, comenta que el tema del ambulantaje siempre ha sido pasado por alto por las administraciones; la actual administración a dos años de gestión, había empezado bien pero ahora se ha vuelto un verdadero “burdel”, ya que no hay una regulación ni acomodo, los vendedores ambulantes toman el lugar que mejor les convenga para la venta de sus productos, aunque eso no les garantice un ingreso fijo.

Según el padrón de la Dirección de Comercio Municipal, actualmente se tienen registrados mil 100 puestos ambulantes, aunque sin un lugar establecido; argumentan que es algo que no se puede erradicar en pro de la imagen de la ciudad, los ambulantes se niegan a ser reacomodados, ya que argumentan que no les convendría moverse del centro histórico, ya que perderían un alto porcentaje de ventas.

En lo que logran encontrarle una solución a este problema, el centro histórico seguirá con la estampa del ambulantaje, que se ha vuelto parte de la vida cotidiana de los potosinos.

vkc

Google News

TEMAS RELACIONADOS