La piratería de rebozos artesanales que se fabrican en el Pueblo Mágico de Santa María del Río no es algo nuevo, pues existen piezas que se fabrican en otras partes del estado e incluso fuera del país que se venden como trabajos elaborados por los artesanos de este municipio, reconoció el secretario de Desarrollo Económico del estado, Gustavo Puente.
Para combatir este mal, que afecta principalmente a quienes se dedican a la fabricación de esta prenda, la Sedeco pondrá en marcha un programa de certificación, a través del cual las prendas originales obtendrán un sello distintivo mediante el cual los consumidores podrán constatar que se trata de una pieza original y también se incluirá la referencia o nombre del artesano que la fabricó.
"Siempre ha existido esto [con] la gente que hace rebozos, incluso fuera de México, y estamos haciendo una certificación con los artesanos para que tengan un sello de certificación que lleve cada rebozo y que tiene ya la secretaría", expresó.
Se estima que en los primeros meses del 2021 se pueda poner en marcha esta estrategia, la cual coadyuvará a que se impulse y reconozca el trabajo de los artesanos del municipio cuna del rebozo.
Puente Orozco destacó que actualmente los rebozos de seda originales que se fabrican en el Pueblo Mágico se pueden encontrar directamente en la Escuela del Rebozo o en la tienda de artesanías del DIF, pues reconoció que existen diversos puntos donde se oferta esta prenda sin que exista garantía de que se trata de un trabajo original.
De acuerdo con los propios artesanos, un rebozo de seda de Santa María del Río es tan fino que puede pasar sin problema a través de un anillo y para corroborar que se trata de una prenda de seda se recomienda observar cuidadosamente sus colores, pues esta tela adquiere tonos crudos de apariencia natural.
El costo es muy variable, pues depende de la particularidad o diseño que se plasme en cada pieza. Los modelos más sencillos pueden ir de los 2 mil pesos en adelante.
etp