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Por unanimidad, la junta de gobierno del Banco de México (Banxico) decidió subir la tasa de referencia un cuarto de punto para quedar en 8.25%, nivel no visto desde hace 10 años.
En la última reunión de política monetaria del 2018, y con sólo cuatro miembros, el órgano colegiado del Banco Central advirtió que si bien el paquete económico 2019 fue bien recibido por los mercados, es importante que se cumplan las metas fiscales planteadas.
Además anticipó un impacto directo en la inflación por el aumento del salario mínimo.
“Considerando que se enfrenta un entorno de marcada incertidumbre en el que el balance de riesgos para la inflación muestra un sesgo al alza y se han materializado algunos de los que la pudieran afectar, tanto bajo una perspectiva de corto como de largo plazo, así como la posibilidad de que se vean afectadas las expectativas de inflación de mediano y largo plazos, la Junta de Gobierno ha decidido por unanimidad aumentar en 25 puntos base el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día a un nivel de 8.25%”, puntualizó.
En el anuncio de política monetaria, Banxico señaló que tomando en cuenta los retos que se enfrentan para consolidar una inflación baja y estable, así como los riesgos a los que está sujeta la formación de precios, la junta de gobierno tomará las acciones que considere necesarias, en particular manteniendo o en su caso reforzando la postura monetaria, de tal manera que la tasa de referencia se ubique en niveles congruentes con la convergencia de la inflación general a la meta del Banco de México en el horizonte en el que opera la política monetaria.
Indicó que es importante además de seguir una política monetaria prudente y firme, se impulse la adopción de medidas que propicien un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión, una mayor productividad y que se consoliden sosteniblemente las finanzas públicas, reforzando la transparencia y la rendición de cuentas.
Estimó que en el cuarto trimestre la economía enfrentó una desaceleración en comparación con el tercer trimestre.
Además destacó que la inflación enfrenta riesgos de carácter estructural derivados de la posible adopción de políticas que pudieran conducir a cambios profundos en el proceso de formación de precios en la economía.
TIPO DE CAMBIO Y SALARIOS MÍNIMOS
Además, hizo ver que existen riesgos en el horizonte de pronóstico entre los cuales, destacó que la cotización de la moneda nacional continúe viéndose presionada por factores externos e internos.
No obstante, dijo que si la economía requiere un ajuste, ya sea del tipo de cambio real o en las tasas de interés de mediano y largos plazos, el Banco de México contribuirá a que dichos ajustes ocurran de manera ordenada, buscando evitar efectos de segundo orden sobre la formación de precios.
Adicionalmente, ponderó que considerando la magnitud de los aumentos recientes en el salario mínimo, además de su posible impacto directo, se enfrenta el riesgo de que estos propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos con afectaciones en el empleo formal y en los precios.