Al menos cinco empresas han comenzado a frenar sus proyectos y actividades de financiamiento con la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) como consecuencia de la volatilidad en el mercado, porque los inversionistas prefieren mercado más estable, dice José Oriol Bosch, director general de Grupo BMV.

“La volatilidad en los mercados y la incertidumbre te frena muchos proyectos, incluso muchas actividades de financiamiento, los frena o pospone, no digo que los cancela, hemos visto muchas veces que por factores externos o locales, de repente viene volatilidad y todas las colocaciones que había se frenaban”, dice.

En entrevista con EL UNVERSAL, con motivo de los 124 años de la BMV, explica que la semana pasada “teníamos un follow on, una colocación subsecuente, que también se pospuso, es el caso de Fibra Monterrey y hay otros en el pipeline que también pudieran posponerse hasta que los mercados estuvieran un poco más estables”.

“Todo esto nos va a frenar la actividad que estamos esperando de aquí a fin de año”, aunque el mercado podría estabilizarse en el futuro.

Oriol Bosch considera que el movimiento reciente en la BMV ha sido una sobrerreacción de los mercados ante la decisión de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, lo cual ha tenido impacto no sólo en el mercado de valores, sino también en el tipo de cambio y movimientos en los bonos del gobierno mexicano, entre otros.

“Siempre cuando hay una decisión no esperada, qué es lo que pasa en el mercado, viene la sobrerreacción, que es lo que vimos y luego viene una corrección, lo estamos viendo, aunque con todo el saldo del mes y la semana es bastante negativo, pero ya estamos viendo recuperación.

“Lo que vimos hasta ahora fue la decisión del aeropuerto, que era algo que se había platicado desde la campaña, las expectativas podrían haber sido diferentes, pero vimos que se materializó en la consulta. Con las expectativas que se habían dado no estaba totalmente descontado, entonces vimos una reacción en todos los mercados bastante severa”, abunda.
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Pese a temas como la llegada de un nuevo gobierno, las elecciones y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la BMV contabiliza 35 nuevas empresas que han llegado al mercado con algún instrumento como certificados bursátiles o Certificados de Capital de Desarrollo (CKDes).

“Va a ser una nueva administración, nuevas reglas de juego, una forma de operar distinta, algunas cosas serán mejores y otras peores, pero sí genera cierta cautela en lo que ves cuál es la forma de trabajar y actuar, lo cual no está mal y en cuanto se disipe esa cautela veremos esa actividad”, indica Oriol Bosch.

En octubre de 2018, la BMV registró una caída cercana a 10% en el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC). La principal muestra del mercado pasó de los más de 49 mil puntos a poco más de 43 mil puntos.

“En la bolsa tuvimos un octubre que por factores externos estaba siendo un mes complicado, esto lo acentuó mucho más [el aeropuerto] y tuvimos una caída de 10% en el mes, de los peores meses que ha habido en muchos años, pero también vimos movimientos importantes en el tipo de cambio y en las tasas de interés”.

Calificadoras

Para Oriol Bosch, es necesario vigilar la reacción de las calificadoras, porque puede haber un impacto en la opinión de muchos inversionistas, fondos locales y externos, que por definición tienen que invertir en países con un determinado cierto crediticio, por lo que si hubiera una baja de nivel podría haber efectos negativos.

“Ya vimos algunas calificadoras, y en el caso de Fitch Ratings cambió la perspectiva. Aun así, las tres principales calificadoras globales tienen a México en el mismo nivel BBB+, aunque Moody’s tiene otra escala, pero finalmente es lo mismo, no han hecho cambio en la perspectiva.

“En el caso de Fitch se hizo un cambio de estable a negativo, esto también es algo que hay que vigilar, está México en BBV+, entonces todavía no está en riesgo el grado de inversión, todavía está México lejos de perderlo, pero hay que tener cuidado”.

Considera que la nueva administración, como otras anteriores, requerirá de financiamiento para sus planes, por lo que la BMV podría apoyar sus objetivos y contribuir a la transparencia que busca el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.

“La nueva administración debería ver a la bolsa como un vehículo de financiamiento, pero que también ayuda a combatir la corrupción o fomente la transparencia financiera”.

Fracaso de Biva

El importe de las operaciones que se realizan a diario en el mercado mexicano suma más de 14 mil 350 millones de pesos, de los cuales la bolsa tiene 97.5% o 14 mil millones de pesos, mientras que la Bolsa Institucional de Valores (Biva) cuenta con 2.5%, con 350 millones de pesos.

“No podemos medir el éxito o fracaso de Biva en cuanto a lo que ha canibalizado, el éxito de Biva debería medirse, y lo prometieron, en crecer el volumen 50% en los próximos tres años, como lo dijo la nueva bolsa, la cual aseguró que traería 50 nuevas empresas en esos años”, destaca.

Oriol Bosch considera que si el mercado sigue en el mismo tamaño y ahora sólo está dividido fue un fracaso, porque solamente se incrementaron los costos para las casas de bolsa y otros jugadores en el sector.

Este año ninguna empresa ha llegado a colocar acciones en la BMV, lo cual es visto como parte de las consecuencias de la llegada de Biva, que ha generado una distracción en el objetivo principal del sector y un enfoque en la conexión de los sistemas y las necesidades de apoyar el proyecto a costa de otros jugadores.

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