Mario González Martínez, presidente de la Unión de Usuarios de la Zona Industrial (UUZI), reconoció que en los últimos meses se han atendido de manera emergente los baches que complicaban el tránsito en los principales accesos a la zona fabril.
Sin embargo, advirtió que estas acciones son solo paliativos y que el verdadero reto será lograr que el próximo presupuesto estatal contemple recursos etiquetados para una reparación profunda de las vialidades.
“Sí se avanzó en el bacheo rápido, tapamos los puntos más críticos en ejes como el 128, 132 y en la avenida Comisión Federal de Electricidad. Eso ayudó a que la circulación fuera más fluida, pero lo que necesitamos ahora es una intervención a fondo, no solo remiendos”, señaló.
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El dirigente de la UUZI subrayó que existen tramos cuya reparación es prioritaria por el nivel de deterioro que presentan, entre ellos el eje 128 y la avenida Comisión Federal de Electricidad, que conectan directamente con la vía alterna.
“Si esas vialidades se rehabilitan como debe ser, se aprovecharía al máximo la inversión hecha en la vía alterna, generando mayor agilidad en la movilidad industrial”, explicó.
Además, destacó que las laterales de la carretera 57 se encuentran en condiciones críticas y son indispensables para el acceso diario de miles de trabajadores y transportistas.
“Son arterias vitales para la zona industrial, por ahí entra prácticamente todo el flujo vehicular que mantiene viva la economía local”, apuntó.
En cuanto a la inversión requerida, González Martínez comentó que aún no hay una cifra precisa, pues cada vialidad requiere un tratamiento distinto ya que algunas necesitan asfalto y otras concreto hidráulico.
“No se trata de un cálculo general, hay que analizar eje por eje para determinar el presupuesto real”, aclaró.
Otro factor que influye en el deterioro constante de las vialidades, dijo, es el problema de las inundaciones. “Con los nuevos fraccionamientos, como los que se construyen en la parte alta de Gran Peñón, el agua baja con más fuerza hacia los ejes y eso genera daños. Se necesita trabajar junto con el municipio en drenajes especiales que eviten encharcamientos y prolonguen la vida útil de las calles”, señaló.
Finalmente, el presidente de la UUZI reiteró que las acciones de bacheo emergente han servido para dar un respiro a los usuarios, pero que el verdadero desafío está en conseguir recursos de largo alcance para garantizar vialidades seguras y funcionales.