La evaluadora de riesgo crediticio Standard & Poor’s (S&P) cambió la perspectiva de la calificación soberana de México de estable a negativa, a causa de una menor previsión de crecimiento económico y por el cambio en las políticas públicas para el sector energético.
A través de un comunicado, la agencia informó que “el cambio en políticas públicas dirigido a reducir la participación de la iniciativa privada en el sector energético, aunado a otros eventos que han disminuido la confianza de los inversionistas, podría aumentar los pasivos contingentes del soberano y reducir el crecimiento económico”.
La agencia explicó que la perspectiva negativa refleja que existe una probabilidad de al menos una en tres de que baje las calificaciones del soberano durante el siguiente año.
“Los potencialmente mayores pasivos contingentes y una menor previsión de crecimiento económico podrían erosionar el perfil financiero del soberano, de tal forma que esto podría llevarnos a bajar la calificación”, dijo Standard & Poor’s.
En su opinión, Petróleos Mexicanos (Pemex) continúa presentando una carga fiscal elevada para el gobierno, incluso a pesar de un reciente cambio en su esquema tributario que mejora su flujo de efectivo.
Con base en lo anterior y considerando el reciente anuncio oficial de una inyección de capital a la empresa, la calificadora supone que el gobierno federal continuará brindando respaldo financiero y de otro tipo a la petrolera mexicana.
El pasado 15 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obradoranunció un plan de apoyo para Pemex, que consiste en una inyección de recursos por 107 mil millones de pesos en 2019. La medida más importante es un incentivo fiscal que le permitirá un flujo de 15 mil millones de pesos este año, y será acumulativo a lo largo del sexenio.
S&P considera que “existe una probabilidad ‘casi cierta’ de respaldo extraordinario del gobierno, por lo que igualamos la calificación de Pemex con la del soberano.
“La combinación de un débil perfil financiero y la necesidad de tomar un rol más activo en el sector energético por parte de Pemex podría aumentar el riesgo de mayores pasivos contingentes para el soberano”.
Standard & Poor’s no es la única calificadora que ha cuestionado el plan de apoyo a Pemex presentado por el gobierno. El 29 de enero pasado, Fitch Ratings redujo la calificación de Pemex de BBB+ a “BBB- con perspectiva negativa, y fue la primera agencia en señalar que las medidas son insuficientes y aclaró que éstas ya habían sido incorporadas en su última evaluación, por lo que la calidad crediticia de la empresa sigue sin cambio.
Por su parte, Moody’s comentó el 22 de febrero pasado que “el anuncio es negativo para el soberano: no sólo el alivio fiscal adicional para Pemex afectará los ingresos del gobierno, sino que, en general, si la confianza del mercado no mejora, Pemex requerirá un respaldo soberano adicional en 2020 y más allá, erosionando las finanzas del gobierno”.
Jaime Reusche, analista soberano de Moody’s para México, explicó que el cambio en el foco de las políticas públicas puede poner presión en la calificación, porque el gasto en programas sociales es alto y no viene acompañado de inversión por parte de la iniciativa privada.
S&P confirmó ayer las calificaciones soberanas en moneda extranjera de largo y corto plazos de BBB+ y A-2, y en moneda local de A- y A-2, respectivamente de México.
“Esperamos que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador implemente políticas económicas pragmáticas que balanceen las prioridades sociales con la necesidad de mantener estabilidad macroeconómica”, dijo la firma.