Héctor Villarreal es un ingeniero nacido en el estado Coahuila que siempre ha visto su vida marcada por la presencia de la industria automotriz. En los primeros años de su vida como hijo de un empresario que comercializaba autos seminuevos y posteriormente, en su propia carrera profesional para convertirse en uno de los directivos más importantes para General Motors a nivel global.
Inició su propia aventura con esta industria agregándose a las filas de la planta de General Motors en Ramos Arizpe, Coahuila como egresado de la carrera de ingeniería mecánica.
Ahí, Villarreal se encargó de hacer modificaciones en la línea de producción para ensamblar los motores de nueva generación que se hacían en dicha planta.
El destacado trabajo que desempeñó en la fábrica de su estado natal le valió una promoción para trasladarse a las oficinas centrales de la marca en Detroit, Michigan, con el propósito de especializarse en la configuración de motores.
Casi 10 años después, Héctor regresa a nuestro país con su primer gran responsabilidad: el supervisar los niveles de producción de toda las plantas de General Motors en nuestro país. En este periodo es donde Villarreal idea lo que él mismo considera uno de sus momentos más dulces en su carrera: la concepción del Chevrolet C2 o, mejor conocido como Chevy.
“He logrado cosas bastante destacadas a lo largo de mi carrera. Sin embargo, haber liderado el proyecto de lo que más tarde se convertiría en el auto más vendido de México es algo que me llena de orgullo”, señala Villarreal.
El éxito que supuso la producción y venta de este bestseller en nuestro país, le sirvió a Villarreal para ser invitado de nueva cuenta a Michigan, donde estuvo en entrenamiento para desarrollo de nuevos productos. Sin embargo, según sus propias palabras, no sabía que esto implicaría la dirección de operaciones en países que no se había imaginado.
De esa manera, Villarreal es enviado un año más tarde a Corea del Sur para dirigir la operación de la producción de productos altamente relevante como el Chevrolet Spark. Al terminar esta asignación, los resultados positivos de su labor favorecen a Villarreal y le abren las puertas para uno de los mercados de autos más grandes del mundo: Rusia.
Ahí, una vez, más realiza una labor altamente destacada que le valen para iniciarse en otro reto: la dirección general de General Motors en la región de Ásia-Pacífico. En este puesto lleva apenas dos semanas. Sin embargo, la reputación y éxitos que le preceden sólo nos harían esperar otro éxito en el palmarés de Hector Villarreal.
El coahuilense tiene casi 30 años trabajando para General Motors y al preguntarle cuál ha sido la clave para que su carrera tenga un incesante crecimiento, Héctor señala tres factores.
“Yo he tenido la suerte de tener un ascenso bastante notorio, sin embargo, desde que trabajaba en Ramos Arizpe me he guiado por la disciplina y dominio de mi área y el estar atento a las oportunidades de crecimiento con iniciativa propia.
En ocasiones, creemos que nuestros jefes tienen un proyecto de carrera para nosotros y que saben cuáles van a ser nuestros siguientes pasos para crecer, pero la realidad es que el tiempo me ha enseñado que cada quien está ocupado en sus propias responsabilidades y si no levantamos la mano, no nos van a voltear a ver”, señala.
El mexicano también señala como puntos fundamentales para el crecimiento profesional el saber pedir ayuda y el reconocer cuando se comete un error.
“Hay pocas cosas más respetables que el admitir cuando uno mismo se equivoca y eso, puede cambiar la manera en la que enfrentamos las adversidades”, concluye.