El robo de autos-tanques de Petróleos Mexicanos (Pemex), utilizados para transportar productos refinados como gasolinas y diésel a estaciones de servicio, se está convirtiendo en un problema serio para la empresa petrolera y se suma a la larga lista de bienes que el crimen organizado le sustrae todos los días.
Entre 2016 y agosto de este año, de acuerdo con información de la subsidiaria Pemex Logística, grupos delincuenciales han despojado a la petrolera de 25 unidades.
En el mercado, de acuerdo con datos de empresas distribuidoras de petrolíferos, cada pipa estándar de 40 mil litros de capacidad tiene un costo promedio de 180 mil dólares, lo que significa que la pérdida para la petrolera podría alcanzar los 4.5 millones de dólares en dos años ocho meses.
La información a la que tuvo acceso EL UNIVERSAL advierte que la incidencia en el robo de autos-tanques va en aumento a partir de 2016.
En ese año, Pemex reportó ante las autoridades competentes el robo de cinco autos-tanques; para 2017, la cifra subió a 11, y en los primeros ocho meses de este año, el crimen se apropió de nueve unidades más.
Con esa tendencia, explicó un alto funcionario de Pemex, “no sería extraño cerrar el año con cifra de entre 12 o 13 autos-tanques robados”.
La información detalla que las pipas robadas son utilizadas por el crimen organizado para transportar “gasolinas y diésel sustraído ilegalmente de ductos de Pemex a través de tomas clandestinas”.
Las fuentes consultadas, que pidieron no ser citadas por cuestiones de seguridad, comentaron que en la mayoría de los casos el robo de pipas, propiedad de Pemex, se realiza mientras se desplazan por carreteras o avenidas de las principales ciudades del país, cuyos recorridos llegan a ser como máximo de 50 kilómetros.
“El robo ha aumentado también en la forma en que lo ejecutan, muchas veces con mayor lujo de violencia, aunque afortunadamente no ha habido pérdidas de vidas que lamentar”, señalaron.
Una vez que los criminales se apropian de las unidades, los petrolíferos son vendidos en el mercado negro o entre gasolineras que participan del negocio ilícito, también las desmantelan para venderlas en partes; en otros casos, una vez vacías, las usan en la conexiones que preparan en las tomas clandestinas para su llenado y transportar combustible robados, “sin realizarles ningún tipo de cambio”, o las pintan y les colocan emblemas de otras empresas.
En otros casos, como ocurre con el robo de pipas de compañías privadas, “son usadas tres, cuatro o cinco veces y luego las abandonan, pero pobladores u otro tipo de delincuentes las desmantelan”.
No recuperan combustible. En ninguna de estas formas de operar del crimen organizado, Pemex llega a recuperar el combustible robado.
Algunas veces llega a redimir las unidades, pero con muchas piezas mecánicas o de motor faltantes o sin llantas, que son las partes más fáciles de colocar en el mercado negro.
Los reportes de la subdirección de Salvaguarda Estratégica y de la oficina de abogados de Pemex, revelan que los delincuentes han centrado las operaciones de robo de autos-tanques en la región centro del país, que abarca los estados de Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Estado de México, Morelos y Ciudad de México, en donde se distribuyen 36.5 millones de litros diarios, lo que es un gran atractivo para los grupos criminales.
En estas localidades se ha perpetrado el robo de ocho de cada 10 reportados a escala nacional.
En la zona Golfo, región que se extiende entre Veracruz y Tabasco, la incidencia del delito representa 20% restante, toda vez que en esa región circulan por carreteras y avenidas otros 9.2 millones de litros al día.
Esto explica en buena medida, añaden las fuentes, el atractivo que el crimen tiene por esas regiones, que en el papel son las de mayor consumo de petrolíferos, y porque su distribución se hace vía terrestre.
Actualmente, Pemex Logística representa el principal atractivo de los criminales si se toma en consideración que es la empresa con mayor cobertura en el suministro de hidrocarburos y productos petrolíferos en México vía terrestre.
Su parque de autos-tanques asciende a mil 485 unidades, que transportan un volumen diario de 294 millones de barriles de productos especializados (refinados, insumos, gases y combustóleo) los 365 días del año.
Le hurtan de todo. Esta modalidad de delito es una más de toda la gama a la que es sometida la empresa, a la cual diariamente le roban de todo.
Mediante tomas clandestinas: gasolinas, diésel, gas LP, gas natural, petróleo crudo.
En el abordaje a plataformas petroleras: hidrantes, baterías, extinguidores, cables de máquinas de soldar, extensiones, herramientas, módulos de seguridad de pozos, válvulas, maletas de equipos de reparación, chalecos salvavidas, balsa salvavidas, monitores, tableros de control, bombas, baterías de alumbrado de helipuertos, puertas de acero, cabinas de adquisición de datos, paneles solar y hasta partes metálicas de helipuertos.
En tierra: tanto el producto que transporta como los autos-tanques.
En instalaciones: cables, herramienta, equipos, uniformes, cascos. La empresa ha reportado hasta el robo de antenas y equipos de comunicación digital.