La denominada "generación de transición" está conformada por trabajadores que empezaron a cotizar en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) entre 1973 y 1997, año en el cual se reformó el esquema de pensiones en México y empezaron a operar las Administradoras de Ahorro para el Retiro (Afores).
Los trabajadores que se jubilarán bajo la llamada ley de 1973, como también se les conoce a la generación de transición, podrán elegir la pensión que más les convenga, ya sea a partir de lo que haya en su cuenta individual de Afore o la que les corresponde de acuerdo la Ley de 1973.
Sin embargo, esta generación representa un gran reto para las finanzas públicas en México, ya que sus pensiones serán pagadas por el gobierno.
Según un documento de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), la generación de transmisión representará presiones para los recursos del gobierno hasta el año 2080, con lo que significa una fuerte carga presupuestal año con año a nivel federal.
"Las pensiones otorgadas al amparo de la Ley 73 son financiadas por el gobierno federal y pagadas a través del IMSS, quien las registra bajo el concepto de “pensiones en curso de pago”. El IMSS debe otorgar servicio médico a los pensionados y a sus familiares. En este sentido, cada pensión generada bajo la Ley 73 representa para el Gobierno Federal un compromiso de pago que podría extenderse durante 40 años, tomando en consideración que debe solventar las pensiones durante el resto de la vida del pensionado, así como las pensiones a las que tengan derecho sus beneficiarios", explica el documento de la Consar.
La gran diferencia de la generación de transición con la llamada "generación Afore" (todos los trabajadores que empezaron a cotizar a partir del 1 julio de 1997) es que los trabajadores bajo el sistema de Afore pagarán su pensión a partir de las aportaciones obligatorias que realizan para su Afore sin recursos del gobierno.