El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ve con buenos ojos el paquete fiscal 2020 y está listo para instrumentarlo, pese a las resistencias y una falta de solidaridad salvaje con el cumplimiento de obligaciones, dice la jefa del organismo recaudador de impuestos, Margarita Ríos-Farjat.
Ahora, la decisión está en la cancha del Congreso, del que espera se pongan más candados contra la evasión y defraudación fiscal, y de esta manera lograr ingresos tributarios por 3.5 billones de pesos para el próximo año, pondera la funcionaria en entrevista con EL UNIVERSAL.
“Vemos con buenos ojos el paquete; la expectativa que se tiene es que son buenas propuestas, celebramos que se hayan incorporado al Paquete Económico 2020; dependemos mucho de la sensibilidad del Congreso para que comprendan la necesidad de eso, y que incluso ellos mismos pongan más candados y cierren más las filas”, manifiesta.
Sin que suene a optimismo o triunfalismo, Ríos-Farjat celebra que el paquete fiscal no trae nuevos impuestos, solamente ajustes para los cuales, asegura, en el SAT ya están listos para instrumentarlos.
Patriotismo fiscal
La jefa del organismo considera que en este mes patrio es un buen momento para reflexionar si queremos ser mexicanos decentes al estar cumpliendo con las obligaciones fiscales en tiempo y forma.
“Se trata de decencia, de mi relación íntima con la Constitución sin importar que el otro no paga porque tiene un gran fiscalista o contador que lo ayuda a no contribuir; al final yo debo ser decente”, expresa.
Para Margarita Ríos-Farjat, el paquete fiscal no trae ninguna dedicatoria, más bien una reflexión de por qué no se hizo antes, porque la mayoría de las medidas no son nuevas, han estado en la esfera internacional con proyectos como el que impulsa la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por medio del Beps para combatir la evasión.
“Confío que nos dará más herramientas, porque son temas y prácticas internacionales que son muy aceptadas”, refiere.
Las apoya porque está convencida de que entre más se cumpla menos le costará al gobierno, y lo más importante es que así todo el sector productivo tendrá mejores incentivos. Sin embargo, acusa que hay una percepción de incumplimiento, un abuso del que se deje, y eso revela una falta de “solidaridad salvaje”.
“Estoy convencida de que si tuviéramos más patriotismo, que creyéramos más en México, pero no de dientes para afuera y sólo en la fiesta, sino en serio, como algo de lo que me sienta digno, por el idioma que hablamos, de los padres que tuve, del lugar en donde vivo, de nuestra identidad, por acto de decencia; así costaríamos menos”, expresa.
Decálogo antievasión
Por lo anterior, el organismo creó el primer Decálogo del Buen Mexicano en Materia Fiscal, mismo que firmó el sector empresarial y se rige por 10 principios morales como pagadores de impuestos.
Uno de ellos incluye que mantengan actualizada la opinión favorable que emite el SAT, lo que puede servir para reconocer a los empresarios como patriotas, y lo tengan enmarcado en su oficina.
Ríos-Farjat reconoce que vivimos en un país en el que 26% de las familias están en la informalidad por sustento, pero hay que ver si es por necesidad o voluntad propia.
“En un país desigual, no podemos perjudicar a los que están en una situación desventajosa que ya paga sus impuestos. Cada impuesto que no cobremos, lo va a pagar otro”.
Por eso comenta que en el diseño de estrategias para abatir la economía informal hay que ser muy cuidadosos para no lastimar más.
Cita al filósofo estadounidense John Rawls con su teoría para resolver el problema de la justicia redistributiva: “Los utilitaristas decían que mientras le vaya bien a la mayoría, por derrama mágica le va bien a todos, pero Rawls decía que no, porque si vas a afectar a los que están en una situación desventajosa, entonces es injusto, no puedes perjudicar más a los perjudicados”.
Conflicto moral
La jefa del SAT menciona que hay quienes se enfrentan a un conflicto moral para justificarse: “Es que yo no pago impuestos o no los voy a pagar y voy a protestar porque no han arreglado las calles o por la inseguridad; ¿para qué pago?”.
Empero, piensa que hay una confusión en un tema que es fundamental para ser “mexicanos decentes”, porque tenemos que pagar lo que nos corresponde, y si hay que reclamarle a alguien por el mal uso o denunciar, eso es otro horizonte.
“Si no pagamos, el país se descompone y se descompone para todos”, advierte.
Margarita Ríos-Farjat considera que será interesante hacer un estudio sobre el patriotismo y su impacto en la recaudación de impuestos, en vez de hacer análisis para sostener las mismas cosas.
Está convencida de que México necesita transformarse a fondo, pensar diferente y “sacudir”.
A los que expresan su molestia por los cambios propuestos en el paquete fiscal, porque dicen que se castiga a los contribuyentes cautivos, la funcionaria menciona que no es el fisco sino sus mismos compatriotas que están haciendo “trampa” y no los denuncian.
Dios Jano
Asegura que se inspira y anima a trabajar por el liderazgo presidencial y el apoyo de sus compañeros.
Ríos-Farjat es una mujer que le está imprimiendo un sello a la administración tributaria al convocar al dios romano Jano, representado por dos caras, para dejar atrás el eslogan publicitario en el que se utilizó a Lolita y Dolores o la práctica de la zanahoria y el garrote.
Los incumplidos se toparán con el rostro duro del dios Jano, que de acuerdo con la mitología, se invocaba cuando había una guerra para que brotaran aguas hirvientes sobre los enemigos para repelerlos.