La firma que marcaría el estilo de varias generaciones de adolescentes y que utilizaba las tendencias y los bajos costos para su estrategia se ha declarado en bancarrota este domingo.
Forever 21 se fundó en Los Ángeles en 1984 por el matrimonio surcoreano integrado por Do Won y Jin Sook Chang como una marca low cost, y lo que parecía una empresa estrella, fue víctima de una rápida expansión así como del inevitable cambio del gusto de los consumidores y malas estrategias publicitarias, recordamos la demanda millonaria con Ariana Grande.
Después del cierre de 14 tiendas en Japón, la empresa alertaba una inminente fractura y ahora ha emitido un comunicado donde anuncia el cierre de 350 tiendas de las 800 que tenía en 57 países, incluyendo 178 en Estados Unidos, su principal mercado, según afirma el medio de noticias Wall Street Journal citando a un portavoz de la firma. En concreto la marca prevé cerrar la mayor parte de las tiendas de Asia y Europa.
“Es un paso decisivo y deliberado para colocarnos en una senda exitosa para el futuro”, dijo la firma en el comunicado. Con esta medida se pretende una “reorganización” y reconstrucción masiva de la marca, bajo la protección de la Ley de Bancarrota de Estados Unidos, donde la firma podrá seguir manteniendo su propio control y el de sus activos y bienes, sin tener que rendir cuentas a sus acreedores.
La empresa menciona que se centraría en maximizar el valor de sus tiendas en Estados Unidos y cerrar algunas en el extranjero, aunque seguirá operando en México y Latinoamérica.
“El proceso de decisión sobre qué tiendas nacionales cerraran sigue en marcha, dependiendo del resultado de conversaciones con los propietarios de los inmuebles”, indicó la empresa en el comunicado. “Sin embargo, esperamos que un número significativo de estas tiendas permanezca abierto y opere como de costumbre, y no esperamos abandonar ningún mercado importante en Estados Unidos“, afirmaba.
Según apuntaban los analistas del diario Wall Street Journal, Forever 21 se vio obligado hacer frente a la situación de bancarrota debido a la poca reacción ante las ventas online, así como a la necesidad social de la sostenibilidad y reducción del impacto medioambiental, como las condiciones laborales de las fábricas.