La dirección de Petróleos Mexicanos (Pemex) presentó ayer al Consejo de Administración para su aprobación el Plan de Negocios de la petrolera y empresas productivas subsidiarias 2019-2024, en el cual prevé una derrama económica entre proveedores y contratistas de alrededor de un billón de pesos en los primeros tres años de la administración.
La mayor cantidad, 800 mil millones, serán canalizados a exploración y producción a través de un nuevo esquema de negocios, el uso o empleo de contratos de servicios integrales de exploración y extracción (CSIEE) que presentan ventajas.
Mantiene la titularidad de la asignación y continúa como operador, pero, sobre todo, “reporta para sí en sus libros contables y consecuentemente para el país, 100% de las reservas petroleras que se encuentren, así como la producción obtenida con la perforación y desarrollo de nuevos campos”.
Otros 200 mil millones de pesos serán destinados para áreas prioritarias como refinación y logística, de los cuales 97 mil 537.5 millones serán canalizados para la contratación de trabajos de mantenimiento, rehabilitación y reconfiguración de las refinerías de Pemex y para la construcción de Dos Bocas, Tabasco.
Se tiene previsto que entre 2019 y 2021, otras de las áreas importantes, logística, realizará una derrama cercana a 15 mil 512.8 millones de pesos. El resto será para las otras unidades de negocio de Pemex.
El documento que será aprobado durante la sesión del consejo, y al cual tuvo acceso EL UNIVERSAL, plantea la importancia de recuperar niveles de producción de petróleo, crudo y gas, con la participación de terceros, mediante contratos CSIEE, “para optimizar la explotación y el aumento en la producción”.
Mediante este tipo de contrato, cuyo plazo máximo de vigencia puede variar entre 15 y 25 años, Pemex ofrece a los contratistas una remuneración a través de una tarifa en dólares por unidad de hidrocarburo producido (barriles y millones de BTU para el caso del gas), que se generará a partir del flujo de efectivo disponible por cada proyecto.
La tarifa se ajustará en función de la variación de los costos conforme a los indicadores del mercado. Es decir, “a mayor producción incremental, mayor tarifa pagada”.
Cada contrato contará con una cuenta segregada o fideicomiso para asegurar la administración independiente de los recursos. De esta forma, es posible reducir sistemáticamente tarifas y costos hasta 30% en materia de contratación, toda vez que es posible integrar actividades industriales que antes se contrataban con diferentes proveedores.
Como parte del desarrollo de infraestructura petrolera, los contratistas podrán sumar plataformas petroleras con ductos y obras electromecánicas, y en perforación sumar equipos de perforación, logística y tripulación.
Inversión, una prioridad. La derrama económica que Pemex espera ofrecer a proveedores y contratistas, vía gasto de inversión para las actividades de exploración y producción supera los 800 mil millones de pesos en los primeros tres años de gobierno, estimación basada en los presupuestos asignados por la Secretaría de Hacienda para 2019, 2020 y 2021, y considerando apoyos gubernamentales y beneficio fiscal que espera recibir, los cuales pueden ser trasladados 100% a inversión.
De acuerdo con el cronograma del lanzamiento del nuevo modelo de negocios para las actividades de exploración y producción, que se inició con los 22 nuevos campos petroleros y se extenderá al desarrollo de 148 campos en el sexenio, en octubre de este año se llevarán a cabo el grueso de las licitaciones.
Para abril de 2020 se dará a conocer el fallo y la suscripción de los primeros 40 contratos, con lo que espera detonar la perforación de pozos y el desarrollo de campos petroleros en forma masiva.
Con ello, de acuerdo con el Plan de Negocios, se prevé tener las condiciones para asegurar que el esquema sea aceptable para que los bancos y fondos de inversión financien los proyectos en cuestión.
Con esta estrategia, Pemex compromete desarrollar de manera acelerada campos descubiertos, reducir costos de contratación, incorporar reservas de alrededor de mil 500 millones de barriles por año, incrementar la actividad de perforación y reparación de pozos en los campos en explotación con reservas 2P, así como aumentar los niveles de producción a 2.5-2.6 millones de barriles por año al cierre del sexenio.