México como país petrolero y Pemex como principal empresa —estatal— del sector se desinflaron en el ranking mundial de esta industria en las últimas dos décadas.
Ni los intentos reformadores del sector o su apertura a partir de 2017, evitaron 20 años perdidos de manera consecutiva en esta industria durante los sexenios de Ernesto Zedillo —el último año de su administración—, de Vicente Fox, de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y el primer año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con el que se cierra la última década.
En ese periodo, la empresa generó casi 20 billones de pesos (nominales) de ingresos por ventas de bienes y servicios en los mercados nacionales y de exportación; aun así, México perdió 11 lugares por reservas probadas de crudo.
La debacle también se observó en el nivel de reservas probadas de gas, pues México descendió 16 lugares en el ranking mundial.
Como productor, en petróleo retrocedió cinco lugares, y en gas perdió nueve lugares. Por procesamiento de petróleo crudo se estancó y sólo perdió un lugar.
Por nivel de ventas de petróleo crudo pasó del undécimo al décimo octavo lugar en el ranking mundial y descendió del 7 al 16 lugar por ventas de gas, de acuerdo con información de la publicación Oil ang Gas and Journal, los Anuarios Estadísticos de Pemex, Energy Intelligence Group (PIW), Fortune y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
En valor de reservas de hidrocarburos, los indicadores más importantes de información que los gobiernos, el sector financiero y las empresas petroleras requieren para definir las acciones y asegurar la sustentabilidad de largo plazo, pues son garantía acceder a grandes capitales, México extrajo del subsuelo 18 mil 516 millones de barriles considerados reservas probadas.
Sin embargo, esa extracción no pudo ser compensada 100% con nuevos yacimientos.
Al final, el volumen de reservas probadas de petróleo se redujo de 24 mil 916 millones de barriles en 1999 a 6 mil 400 millones al 1 de enero de 2019, de acuerdo con la CNH.
En ese periodo y por problemas como bajos niveles de inversión en exploración en la industria —pues entre 2014 y 2016 Pemex resintió un recorte a su presupuesto de 200 mil millones de pesos— o factores externos como la fluctuación de los precios del petróleo crudo, países como Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Rusia, Estados Unidos, Nigeria, Kazajistán, China, Qatar, Brasil, Argelia y Noruega ocuparán el sitio que México tenía hace 20 años.
El volumen extraído en esas dos décadas representa 6 mil millones de barriles más que las actuales reservas probadas de aceite de Brasil o de Argelia o 2.2 veces las reservas probadas de Noruega —país al cual los gobiernos de México intentaron copiar la reforma energética.
Agotamiento en pozos
La acelerada extracción de las reservas probadas de petróleo crudo trajo efectos en el agotamiento de 20 de los principales yacimientos petroleros de México, entre ellos Cantarell, el principal activo del país por más de 30 años y considerado el tercer campo productor del mundo. Llegó a aportar 2 millones 125 mil barriles diarios en 2004. Hoy produce en promedio 145.4 mil barriles diarios
De acuerdo con informes de Pemex, este activo tenía un volumen original de aceite en sitio de aproximadamente 16 mil barriles de petróleo crudo equivalente.
Actualmente, se encuentra en fase pronunciada de declinación.
Lo mismo ocurre con el principal productor, Ku-Maloob-Zaap, que en 2013 aportaba 863.7 mil barriles diarios en promedio. Actualmente —noviembre de 2019— contribuye con 770.4 mil barriles diarios.
Esta situación, según informes de Pemex, ha tenido un impacto en la producción de petróleo crudo, a grado tal que en el ranking mundial México, como país productor, perdió cinco lugares y Pemex, como empresa perdió siete lugares.
En 20 años, la plataforma de producción de crudo en yacimientos en tierra y mar cayó de 3 millones 70 mil barriles diarios en promedio a un millón 678 mil barriles.
Caída acentuada
Sin embargo, la reducción en la década 2009-2019 que involucra a las administraciones de los expresidentes Calderón, Peña Nieto y el primer año de López Obrador fue mayor (-35.5%) frente a la década anterior (-7.3%).
Una de las consecuencias directas del menor volumen de petrolero crudo producido es la cada vez reducida capacidad para producir uno de los productos de mayor demanda en el mercado nacional: gasolinas —en sus tipos Magna y Premium.
El comportamiento de la producción de estos petrolíferos se puede medir en dos momentos:
En la década 1999-2008, cuando su producción se elevó de 405.8 mil barriles diarios en promedio a 451.1 mil barriles por día.