El presidente de la Asociación de Ejecutivos de la Gestión del Talento Humano A.C. (ADERIAC), Daniel Escobedo, señaló que las recientes reformas en materia laboral y fiscal en México están representando una carga excesiva para las empresas, lo que impacta de forma negativa en la atracción de inversiones y en la competitividad frente a socios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“Queremos que exista una balanza justa dentro del T-MEC. No se trata únicamente de impuestos, sino de las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que han encarecido la mano de obra y reducido la productividad, lo que a la larga resta atractivo al país para nuevas inversiones”, expresó.
Escobedo subrayó que es necesario que las pequeñas y medianas empresas también sean consideradas dentro de las discusiones, ya que son ellas las que enfrentan más dificultades para adaptarse a los cambios normativos.
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“No se trata de frenar avances laborales, sino de lograr reglas claras que impulsen el desarrollo y no lo limiten”, puntualizó.
En este contexto, el líder empresarial retomó el tema del “banco de horas”, una figura que actualmente no está contemplada en la legislación laboral mexicana, pero que algunas compañías de la zona industrial han implementado mediante acuerdos internos entre sindicatos, trabajadores y directivos.
“El banco de horas brinda flexibilidad a ambas partes: la empresa puede organizar la producción según sus necesidades y el trabajador obtiene la posibilidad de descansos más amplios. Sería positivo que este esquema se incorporara a la Ley Federal del Trabajo, porque se adapta a los distintos sectores”, explicó Escobedo.
Aunque no precisó cuántas compañías en San Luis Potosí han adoptado este modelo, aseguró que existen casos confirmados y que, con variantes, podría extenderse también al sector servicios.
Finalmente, reiteró que el reto para México es lograr que las regulaciones laborales y fiscales no se conviertan en un obstáculo para la competitividad regional.
“Se necesita una cancha pareja: si en Estados Unidos y Canadá no se imponen las mismas cargas, difícilmente podremos atraer inversión extranjera al ritmo que el país requiere”, concluyó.