Contrario a los señalamientos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el número de personas desempleadas en México va en aumento y la tendencia negativa continuará al menos hasta 2021.
De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), por lo menos hubo 2 millones de personas desocupadas en México durante el año pasado, por encima de 2018 y 2017, cuando se calculó en un mínimo de 1.8 y 1.9 millones, respectivamente.
La tasa de desempleados mantendrá su línea al alza al menos hasta la mitad del mandato de la actual administración.
Para el cierre de 2020 se anticipa que el número de personas sin empleo se incremente a 2.1 millones y escale a 2.4 millones el año entrante. El peor escenario proyecta niveles de 2.4 y 2.9 millones de desempleados, respectivamente.
Las cifras de la OIT sobre México se remontan a 1990 y desde entonces únicamente en dos ocasiones se ha llegado a la barrera de los 2.6 millones de desocupados, entre el periodo 2009-2011 y en 2013.
La máxima autoridad internacional en la materia señala que en el horizonte de 2021, la fuerza de trabajo total pasará de 57.1 millones de mexicanos a 58.9 millones.
La situación se mantendrá prácticamente igual respecto al número de asalariados, con 38.6 millones; empleadores, con 2.7 millones, y trabajadores familiares auxiliares, con 2.5 millones.
Los trabajadores por cuenta propia son la excepción, pues se prevé que este segmento aumente de 12.4 a 12.7 millones de personas.
La población ocupada en el sector servicios pasará de 33.8 a 34.7 millones entre 2019 y 2021, mientras que los trabajadores en la industria se incrementarán de 14.4 a 14.8 millones. En las actividades agropecuarias se proyecta una participación a la baja de 100 mil personas, para ubicarse en 6.9 millones en total.
El informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo. Tendencias 2020 (WESO) fue presentado ayer en Ginebra, Suiza, y examina una serie de retos del mercado laboral, como la subutilización de la mano de obra, la pobreza de los trabajadores y la desigualdad.
Otros pendientes
En el documento de la OIT México sobresale como ejemplo de retroceso de los ingresos provenientes del trabajo.
“El país ha experimentado un modesto retroceso desde 1995, con una caída particularmente importante desde 2003”, indica.
“Los ingresos provenientes del trabajo en Estados Unidos disminuyeron casi tres puntos porcentuales entre 2004 y 2016. México experimentó una disminución superior a la observada en EU”, apunta.
El país también destaca en el estudio por la desaceleración de su crecimiento económico.
La organización internacional refiere que la expansión del PIB en América Central, cuando se excluye a México, ha sido relativamente estable, de 2.7% en 2019.
Por otro lado, México, en línea con el bajo nivel de inversión y de la demanda interna, experimentó una marcada disminución en el crecimiento económico (se ha proyectado 0.4% en 2019).
Para la OIT, esta desaceleración significa que no se están creando suficientes nuevos empleos para absorber a los que se incorporan al mercado laboral.
Entre las recomendaciones emitidas por el informe destaca la necesidad de impulsar el crecimiento estimulando las actividades de mayor valor añadido a través de la modernización tecnológica, la diversificación de la producción y la transformación estructural.
“La subutilización de la mano de obra o los empleos de baja calidad significan que nuestras economías están perdiendo los beneficios potenciales que representa el enorme caudal de talento humano”, destacó Stefan Kühn, uno de los principales autores del documento.