En el último año, el sector empresarial ha percibido la detonación de diversas herramientas comerciales, como lo son los mercados urbanos, mayormente conocidos como tianguis, pues establecen puntos de venta conjuntos en lugares abiertos al público y son itinerantes.
La dinámica consiste en que emprendedores de diversos sectores, como el textil, artesanal, alimenticio, consolidan un proyecto comercial, fijan una fecha y lugar popular para el público para realizar de forma abierta sus ventas, favoreciendo el consumo local.
Estos tianguis o mercados que se han popularizado cada vez más, se caracterizan por establecerse en parques, ser pet friendly, ecológicos y promover el consumo local y la convivencia familiar.
La oferta para los asistentes es enfocada cien por ciento en productos locales, desde comida con food truck, espacios para niños y toda una variedad de artículos que van desde ropa, calzado, alimentos, productos orgánicos, plantas, accesorios, artículos de uso personal, joyería, entre otros.
Sin embargo, aunque esta es una herramienta que ha resultado altamente favorecedora para los nuevos emprendedores, es necesario trabajar a la par una estrategia que coadyuve a que estos nuevos empresarios se desarrollen dentro del comercio formal, dijo en entrevista Janeth Arias del Comité de Mujeres Empresarias de la Coparmex en San Luis Potosí, ya que de lo contrario se estaría abonando a la proliferación de la informalidad.
"Desde el año pasado se mueve mucho esto de los mercaditos, pero buscamos también impulsarlo para que no se queden ahí sino que se consoliden y se formalicen para evitar la informalidad comercial", apuntó.
El Sindicato Patronal ha externado esta preocupación ante la Dirección de Desarrollo Económico Municipal, donde se hizo manifiesto el compromiso de mantener programas para que se puedan desarrollar los emprendedores hasta consolidar sus marcas dentro de la formalidad.
Explicó que la relevancia de la formalidad o informalidad de los establecimientos comerciales conlleva toda una cadena que afecta a la economía y desarrollo del estado y país, pues un negocio que opera en la informalidad difícilmente ofrecerá a sus empleados prestaciones y condiciones de trabajo conforme a la ley, asimismo, el producto o servicio puede carecer de calidad o garantía, ya que si no existe ninguna normativa que lo avale, en caso de que el producto no sea conforme a lo anunciado por el vendedor, el consumidor no podrá realizar alguna queja o denuncia ante las instancias correspondientes.
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