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El director general de Pemex, Carlos Alberto Treviño Medina, urge a todos los órdenes de gobierno del país a combatir de manera frontal el robo de combustibles, cáncer que le cuesta a Pemex, al país y a las entidades federativas, casi 30 mil millones de pesos anuales.
Incluso sugiere, de ser necesario, “porque hay mucho por hacer con este problema, una reforma [judicial] para terminar con la impunidad”.
El robo de combustibles, añade en entrevista con EL UNIVERSAL, “es un delito que provoca frustración a todos los que lo combatimos, y en especial a Pemex, porque no somos autoridad, somos una empresa a la cual le están robando combustibles en sus ductos y terminales. Pemex es una víctima de este maldito delito”.
También la Policía Federal, el Ejército, la Marina y los guardias de seguridad de la empresa, pues estamos con las mismas frustraciones, porque agarramos a un montón de gente transportando producto robado, pero al final ni pisa la cárcel, porque no es un delito grave, añade.
Datos de la empresa y de los órganos de justicia federales, estatales y municipales, así como denuncias anónimas, detallan que en los últimos cinco años el número de tomas clandestinas reportadas asciende a 29 mil, lo que significan 13.2 perforaciones ilegales por día.
El director de Pemex asegura que la empresa hace todo lo que está en sus manos, a través de un grupo interdisciplinario con PGR, Hacienda, Ejército, Marina y demás, “pero necesitamos del Poder Judicial”.
Detalla que el proceso judicial en México es complicado; nosotros todos los días agarramos a delincuentes que nos roban producto; en 2016 —añade—, detuvimos 6 mil 600 vehículos con combustible, más de mil 700 personas, de las cuales a muchas apenas se les inició proceso.
No entiendo, dice, cómo es posible que agarremos in fraganti a estos delincuentes manejando un camión con gasolina robada y esas personas estén sujetas a investigación, por lo que nos preguntamos: “pues qué le investigas”, dice Treviño Medina.
Refiere que el proceso de aplicación de justicia no es muy expedito y es un hecho que se necesita de todas las autoridades y no sólo del Poder Ejecutivo, “porque con el actual sistema de justicia en México, nos está costando demasiado trabajo hacer que estos delincuentes o presuntos delincuentes pisen la cárcel y se queden ahí”.
Para Pemex es un tema, abunda.
Antes teníamos equipos que esporádicamente tapaban tomas clandestinas. Con los números que ahora se conocen, 10 mil 363 en 2017, ahora tenemos cuadrillas que permanentemente tapan tomas clandestinas.
Van y tapan tres o cuatro todos los días, entonces es un costo adicional para la empresa que en vez de dedicar recursos económicos y humanos a buscar eficiencias, “tenemos que luchar contra estos delincuentes”.
Problema cuantioso
Ahora mismo, como empresa, tengo que pagar muchos guardias para disuadir este problema, tengo que pagar abogados que llevan los asuntos ante la PGR.
Entendamos dijo, una cosa es el valor del producto que le roban a Pemex y que se estima en 20 mil millones de pesos anuales y otra los costos en reparación, persecución y en los casos en donde las tomas clandestinas se descontrolan y que requieren reparación de daños ambientales y sociales, sobre todo cuando hay explosiones.
Detalla que el costo del equipo de seguridad que utiliza Pemex asciende a mil 500 millones de pesos, sólo por personal y cuestiones de logística.
Pero me quedo con el valor del combustible, que es una fortuna, precisa el director de Pemex.
A ello hay que agregar los costos que destinan los estados involucrados con el problema, como Hidalgo, Guanajuato, Estado de México, Puebla, Veracruz, Querétaro, “entidades que también destinan bastantes recursos porque no quieren tener la delincuencia en tus territorio”.
También están los costos que desembolsan el Ejército, la Marina, la Policía Federal. “Ellos también gastan para combatir este delito”, indicó.
Si vamos sumando costos, “podemos llegar a un mínimo de la mitad del valor del combustible robado, para que al final el robo de combustibles le cueste a todos, al país, 30 mil millones de pesos, que es una verdadera fortuna, una locura”, subrayA.
80 años de la Expropiación Petrolera
Sobre el momento que vive la empresa al arribo de su 80 aniversario, el director de Pemex reconoce que Pemex se está recuperando de un “shock muy serio en materia financiera”.
Venimos de una caída seria de precios del petróleo y a la vez de la necesidad de hacer ajustes a presupuestos que estábamos ejerciendo.
Información de la Secretaría de Hacienda muestra que incluyendo el precio de la mezcla mexicana calculado para efectos presupuestales de 2018, la cotización promedio del aceite producido en territorio nacional en los últimos seis años sería de 61.84 dólares por barril, 17.86 dólares menos que la anterior administración.
A ello se suman los ajustes en el presupuesto de la petrolera que entre 2014 y 2017 llegan a casi 240 mil millones de pesos.
Sin embargo, el funcionario comenta que la empresa está en recuperación y ante un escenario que le permite hacer las cosas de manera diferente y más diversificada al tomar riesgos y decisiones, utilizando las herramientas que le ofrece la reforma energética, como asociarse con empresas en ramos en donde no hay ni el recursos ni la especialización.
“Dado que los precios del petróleo no se ve que puedan estar por arriba de los 50 dólares por barril hacia adelante, para crecer al ritmo que el país y la industria requiere, Pemex no tendría recursos para hacerlo, pero logrando asociaciones podemos estar a la altura”, dice.
Seamos realistas, añade, sólo hay dos formas para que la petrolera crezca: lo hacemos solos utilizando recursos fiscales, al pasito o hasta que la empresa, con sus posibilidades financieras, lo vaya logrando, y que al final nos va a tomar mucho tiempo; o mediante asociaciones, con empresas que tienen experiencia en aguas profundas en no convencionales y en recuperación secundaria.
“Es decir, ante estos dos opciones y si no tengo el suficiente dinero para crecer a la velocidad que quisiéramos, y la alternativa es que me puedo asociar compartiendo costos y riesgos, yo escojo la segunda…”.
Treviño Medina habla del papel que Pemex va a tener en el nuevo modelo energético mexicano.
En el futuro no muy lejano, indica, hay que empezar a visualizar que la producción de petróleo y gas de Pemex no va a ser la producción de México necesariamente, aunque sean los mismos números.
En los próximos años vamos a contra con producción de Pemex, de Pemex asociado y de los nuevos jugadores, pero “el sector energético va a seguir siendo el principal contribuyente del fisco mexicano”.
En este nuevo esquema y es un hecho, subraya el funcionario, “Pemex va a seguir siendo el principal contribuyente porque la empresa y por muchos años, será quien aporte la mayor cantidad de producción de crudo y gas, aún con la participación de más jugadores en el mercado”.
“Me voy a dar permiso de viajar hacia el futuro, en 2028, a lo mejor en ese año México va a estar produciendo y sólo es un ejemplo no una proyección, 2.9 millones de barriles diarios.
“Pemex, solo, podría estar produciendo 1.9 millones, que ahora es nuestra base; Pemex asociado con otras empresas aportaría otros 500 mil barriles diarios, y el resto de las empresas privadas, nacionales o extranjeras, otros 500 mil barriles, que si sumamos nos va a dar los 2.9 millones de barriles diarios en ese año”, destaca el director de Pemex.
Lo que tenemos entonces, es que todos vamos a pagar nuestros impuestos al fisco mexicano, le vamos a pagar al gobierno impuestos, derechos y demás como lo marque el contrato de licencia o producción compartida que cada empresa opera.
El gran contribuyente fiscal
Por eso creo, precisa el funcionario, “que el sector energético va a continuar siendo el principal contribuyente a las arcas fiscales mexicanas y que Pemex, por sí solo, va a seguir siendo un gran contribuyente, pero no el único contribuyente que explote los hidrocarburos”.
Según la Base de Datos Institucional de Pemex, en los últimos 25 años, a partir de 1993, cuando la empresa empezó a reportar su situación financiera públicamente, ha generado a través de la comercialización de bienes y servicios, tanto en el mercado nacional como internacional, ingresos de más de 24 billones 354 mil millones de pesos.
De esa cantidad, aproximadamente 13 billones 823 mil millones fueron a parar al fisco, vía impuestos, derechos y aprovechamientos, y que en teoría fueron utilizados para la construcción de escuelas, hospitales, carreteras, puentes, puertos y un sinnúmero de obras de infraestructura en ese periodo.
Con los recursos disponibles en ese periodo, la petrolera logró extraer de yacimientos en mar y tierra un volumen de petróleo crudo de 25 mil 542 millones de barriles, volumen similar a las reservas probadas actuales de China o Qatar.
Estos números, confirma el director de Pemex, muestran que la petrolera sigue siendo y será la gran empresa de México.