La firma alemana Volkswagen le estará diciendo adiós a su auto más longevo después de 81 años de producirse. La más reciente, y última, versión Beetle acabará su producción esta semana en la planta de Puebla. Con él, se cierra una de las historias más largas de la industria automotriz que inició en 1938.
Su diseño original fue planteado por el mismo Ferdinand Porsche quien fue contratado por el régimen nazi de Adolf Hitler para desarrollar el “auto de la gente”. El objetivo es que este nuevo auto de diseño peculiar fuera para Alemania lo que el Ford T era para Estados Unidos.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial no permitió que este proyecto se pusiera en marcha por completo y una vez terminado el conflicto bélico se relanzó como un fabricante bajo la supervisión de Inglaterra. Años después regresó el control a Alemania y para 1955, el Tipo 1 o Beetle ya había alcanzado el millón de unidades fabricadas.
Poco a poco el Vocho se fue adueñando de la cultura popular y el mercado de Estados Unidos llegó a convertirse en el más importante para Volkswagen, después de Alemania. En 1968, la firma de Wolfsburgo vendía el 40% de las unidades a ese país.
El Beetle abandonó su ciudad de origen en 1978 para dar paso a otro auto icónico de la marca, el Golf. Pero ese no era su fin, pues este auto ya había llegado para fabricarse en México desde 1967 donde consiguió su apodo, el Vocho, donde se mantuvo en la línea de producción hasta el 2003.
Este modelo tuvo un segundo aire cuando se lanzó el Nuevo Beetle que, una vez más, apeló a un diseño irreverente para buscar el éxito, luego tuvo una renovación en 2012 con un diseño más elegante. Sin embargo, un mercado con nuevas necesidades y los problemas que arrastra Volkswagen desde el “Dieselgate” han marcado el final de esta historia de 81 años que cerrará con una ceromonia en la planta de Puebla el 10 de julio para después mandar el último Beetle Final Edition a un museo.