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Un cerdo, estrella de nueva película mexicana

"Cría puercos", ópera prima de Ehecatl García que llega hoy a salas, muestra la relación entre uno de estos animales y una mujer de la tercera edad

Una cerdita le devuelve las ganas de vivir a una anciana de pueblo. (CORTESÍA)
02/11/2018 |11:53
EL UNIVERSAL San Luis Potosí
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Cuando Ehécatl García estudiaba en el Centro de Capacitación Cinematográfico, se le ocurrió hacer un cortometraje cuya escena final mostraría a un puerco salir de un clóset.

“Y nunca la pudimos filmar, porque el puerquito nunca quiso salir”, recuerda divertido el cineasta.

Pero como dicen, el hombre es el único ente que se tropieza dos veces con la misma piedra. Y cuando surgió el concurso de óperas primas del CCC (por sus siglas), Ehécatl inscribió el guión de una película donde el coprotagonista fuera una mujer de edad y, nuevamente, un cochinito.

“Cuando gané el concurso me entró miedo (risas), dije: en qué estaba pensando cuando metí el guión a consideración”, relata.

Así fue el inicio de Cría puercos, película que estrena hoy en salas. Cuenta la historia de una anciana de pueblo (Concepción Márquez), quien tras la muerte de su marido y la ausencia de su hijo, pierde interés por la vida. Pero un día aparece una cerdita y esta le devuelve la esperanza.

Trabajar con animales. El proyecto lo llevó a la Facultad de Veterinaria de la UNAM, donde crían estos animales, así que desde pequeños se acostumbran al contacto humano. Ya con eso, “reclutó” a tres actores porcinos para un mismo papel: un lechón de cinco kilos; una adolescente de unos 20 kilos y la mayor y estrella del filme, con un peso de 160 kilos.

“El vínculo con ellos era a través de la comida, Concepción siempre traía y así se lograba ese vínculo.

“También hacíamos tomas largas, medio trazábamos un poco lo que había que hacer, pero a veces era un poco, también, lo que quisiera el puerco. El veterinario nos llegaba a dar cierto tiempo porque si no se estresaba el animal y había que mandarlo a su camper”, recuerda.

Los silencios eran también importantes y, hasta el encargado de sonido, debía estar en cierta posición, para que el micrófono no espantara a los “actores” debutantes.

“Ya en edición se hacían cosas. Por ejemplo, si el puerco volteaba, filmábamos a Conchita riendo, así parecía que estaban comunicándose”, refiere el director.