"Lo vi feliz muchas veces. Tenía tendencia a la depresión pero no estaba deprimido todo el tiempo", recuerda en declaraciones el que fuera mánager de Nirvana, Danny Goldberg, 25 años después de que el líder de la banda, Kurt Kobain, pusiera fin a su vida en su casa de Seattle.
Goldberg, que acaba de publicar el libro "Serving the Servant: Remembering Kurt Cobain", y que fue de 1991 a 1994 mánager del grupo de grunge más conocido de la década de los noventa, cree que el cantante, compositor y guitarrista alcanzó la felicidad en algunos momentos, pese a su trágico desenlace.
"Estaba orgulloso de la música que él y su banda crearon, quería a su hija y era amable con sus amigos y lo fue especialmente conmigo", rememora este veterano de la industria musical, que pasó a hacerse cargo de Nirvana poco antes de la publicación del álbum "Nevermind", el disco que los catapultó a la fama.
Este viernes se cumple un cuarto de siglo de la muerte de Cobain, quien tras sufrir depresión y ser adicto a sustancias como la heroína, se mató de un disparo en su domicilio en Seattle (Washington, EE.UU.) cuando solo tenía 27 años.
El 8 de abril de 1994 su cadáver fue hallado en la casa.
Y 25 años después, su herencia musical todavía perdura más allá de los grandes éxitos del grupo como "About a girl", "Smells like teen spirit" y "The man who sold the world".
"Uno de sus legados es que reinventó el rock and roll fusionando elementos del punk-rock, el heavy metal y el pop de tal manera que abrió la puerta para que la cultura punk y la música alcanzaran una audiencia masiva", reflexiona Goldberg, a quien los medios de comunicación consideran como "el segundo padre" de Cobain.
Pero también como ídolo de toda una generación que creció escuchando la música de Nirvana, Goldberg cree que Cobain "redefinió la idea de masculinidad en el contexto del rock and roll, subvirtiendo el estereotipo del macho líder (de la banda) y ofreció una alternativa que fue la de un artista que combinaba el poder del rock y el carisma con su compasión y sensibilidad".
El ahora presidente de Gold Village Entertainment, que representa a artistas, destaca que lo que hacía especial al músico de Nirvana respecto a otros era su talento "único".
"Era al mismo tiempo el vocalista y el guitarrista principal de Nirvana, escribía la música y las letras, hacía el guión de los videos musicales, diseñaba las portadas de los discos y tomaba cada una de las decisiones de la banda", enumera Goldberg.
El mánager del mítico grupo apunta, además, que Cobain ofreció mucho apoyo a otros artistas "indies" que lo inspiraron y adoptó una postura frente a la misoginia y la homofobia "cuando eso era mucho menos popular que hoy en día".
Puede que las palabras depresión y drogas aparezcan vinculadas a este músico cada vez que se pronuncia su nombre, pero más allá de las luces y sombras de su vida, Goldberg asegura que Cobain no permitió que sus problemas salpicaran a los demás.
"Aunque era tendente a la depresión y luchó contra su drogadicción, su oscuridad la centraba solo en sí mismo -afirma-. Con los otros, incluido yo, era cariñoso y considerado".
Nacido en 1967 en Aberdeen (Washington, EE.UU.), Cobain quedó marcado por el divorcio de sus padres cuando tenía 9 años y durante su adolescencia vivió en casas de parientes, amigos e, incluso, llegó a dormir bajo algún puente, en una época en la que empezó a consumir estupefacientes.
Con una inclinación musical temprana, a mediados de los 80 empezó a tocar con la banda de rock Melvins, hasta que en 1987 creó Nirvana junto al bajista Krist Novoselic. Lo que vino después forma parte ya de la historia de la música.
Y si continuará vivo, ¿cómo cree Goldberg que se hubiera desarrollado la carrera de Kurt Kobain? "No hay manera de saberlo pero estoy seguro de que seguiría siendo un artista y todavía evolucionando. Odiaba repetirse a sí mismo", señala.