Cuatro meses antes de que, en 2015, estallara un escándalo que relacionaba amorosamente a Poncho de Anda e Ingrid Coronado (mientras que ella se separaba de Fernando del Solar y él estaba casado), el conductor ya sabía lo que se les venía encima y también sabía quién estaba detrás de todo: Raquel Bigorra. Así lo señaló en entrevista con EL UNIVERSAL.
“Me lo dijo gente que sabía, gente de una producción de Azteca y personas que estuvieron presentes en momentos específicos donde Raquel (con otros) estaban planeando lo que iban a hacer y me lo dijeron”, señaló el conductor.
Para ese momento, compartió el conductor, él ya no tenía amistad con Raquel, estaba enterado de que ella también lo había querido sacar del programa Venga la alegría. Aunque supo también de los nombres de quienes habían orquestado la noticia con ella, prefirió no difundir sus nombres y tampoco tomar acción legal contra la publicación, pero lamentó que hubiera más afectados, entre ellos Fernando del Solar.
“Me daba mucha pena que a Fernando él le hicieran creer todo eso que estaba sucediendo porque siento que él debió sufrir mucho con todas estas calumnias; a él lo convencieron, eso lo tengo clarísimo, se hizo un trabajo profundo para convencerlo de esas mentiras, no sé si él al final entendió que era un chisme”, señaló.
De Anda enfatizó que, después de una entrevista aclaratoria que tuvo junto a Ingrid en aquella época en Ventaneando, la empresa los dejó solos.
“Después de eso nos dijeron: ‘cállense la boca’ y nadie nos apoyó durante las 17 portadas que salieron. A veces yo salía librado, el objetivo de esa campaña era destruir a Ingrid Coronado y no lo lograron”.
Lo que tampoco lograron fue destruir la amistad entre él e Ingrid, ni la confianza que la esposa del conductor tenía en su relación.
“Hay una amistad verdadera y auténtica, nos fortaleció como amigos, nosotros ya éramos compañeros de trabajo y comenzamos a construir una amistad”.
Desde entonces y hasta ahora que se detonaron una serie de señalamientos en contra de la cubana, Raquel no lo ha buscado y tampoco lo espera.
“Si quisiera ella ofrecer una disculpa, la puedo escuchar pero yo no soy quién para perdonar, aunque creo que el perdón es un acto de humildad hermoso. Yo necesitaba liberar eso y simplemente conté mi historia. Todos tenemos que analizar por qué las cosas te pasan como te pasan”.