l fuego lo limpia todo, o al menos eso sucedió este domingo, cuando la veterana banda Slayer saltó al escenario de un accidentado Force Fest en Teotihuacán, Estado de México.

Desde el sábado llovieron las quejas por la desorganización en la entrada, las bandas canceladas y el lodazal en que se convirtió el campo de golf que albergó el evento.

Lodo dentro y también fuera, en el estacionamiento, fue la constante en las quejas, fotos y videos de los asistentes la mañana del domingo.

 

Contra todo pronóstico, el domingo parecería haber más asistentes, o al menos más concentrados en torno a una banda en particular: Slayer.

El terreno aún más fangoso recibió de nuevo lluvia a las 9 de la noche. Tras una ola de cancelaciones, como la de Lamb of God y Rob Zombie, Anthrax salió a calentar ánimos y dejar todo listo para Slayer.

En la que fue anunciada como su gira final, los veteranos trashmetaleros montaron dos cruces invertidas armadas con amplificadores y, literalmente, las bocinas empezaron a escupir fuego.

La lluvia y el lodo no impidieron el slam y la actuación potente de Slayer. Raining Blood, Discipline, Angel of Death y mucho fuego para lavar las quejas y el lodo.

Es justo también decir que quien fue a ver a Slayer sabiendo que ya no volverán a México, se llevó un buen sabor de boca y fuego, montones de fuego.

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