Réquiem por un sueño es una película que pocos “disfrutan”. Con escenas fuertes, personajes neuróticos y drogas como tema central, esta pieza de Darren Aronofsky sigue siendo recordada por muchos cinéfilos, a 20 años de su estreno.
La película consagró a Aronofsky como director y le valió una nominación al Óscar a Ellen Burstyn por su papel como Sara, una mujer que pierde la cordura por su obsesión con las píldoras para adelgazar. La historia sigue a un grupo de adictos que destruyen poco a poco sus vidas hasta tocar fondo.
En estas fechas Darren Aronofsky está de fiesta, pues no sólo festeja su cumpleaños #50, el 12 de febrero, sino que también celebra 10 años del estreno de El cisne negro, una de sus cintas más célebres con la que Natalie Portman ganó el Óscar a Mejor Actriz. Por si fuera poco, a partir del 28 de febrero podrás disfrutar de ¡Madre!, otro trabajo del realizador, en Netflix.
Para conmemorar los 20 años de Réquiem por un sueño, te presentamos 10 curiosidades detrás de cámaras de esta película.
Aronofsky tomó la historia del libro Requiem for a Dream, escrito por Hubert Selby Jr., en 1978. En la película, Selby dio vida al guardia de prisión que se burla de Tyrone.
Foto: Artisan Entertainment
En una escena de la película vemos a Sara Goldfarb (Ellen Burstyn) limpiando frenéticamente su apartamento, en una toma acelerada que dura 20 segundos. Este momento se creó a partir de una toma continua de 40 minutos, durante los cuales Burstyn tuvo que asear todo el apartamento; la escena se repitió tres veces antes de lograr la versión final.
El conductor de los infomerciales Tappy Tibbons fue una creación de Darren Aronofsky, pues no quería usar fragmentos de televisión reales, ya que creía que eso haría que la película fuera marcada como principios de los 2000.
Foto: Artisan Entertainment
Aronofsky quería que los dos personajes se volvieran a conectar al final de la cinta. Hizo que Harry (Jared Leto) y Marion (Jennifer Connelly) se reunieran con él, e improvisaron juntos la conversación, grabando simultáneamente las escenas de cada actor para mayor autenticidad.
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En la escena en la que un cargamento de heroína es distribuido a un grupo de adictos detrás de un súpermercado, los actores eran en realidad adictos verdaderos que trabajaron como extras en la cinta.
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Aronofsky ama la música hip-hop, y originalmente quería usar versiones modificadas de temas clásicos de este género como soundrtrack para el filme. Pero finalmente se decidió por piezas instrumentales del compositor Clint Mansell.
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La primera película de Darren Aronofsky fue un éxito en Sundance, además de recaudar 3.2 millones de dólares en taquilla, mientras que costó sólo 60 mil dólares. Sin embargo nadie quería producir el siguiente proyecto del director, porque no era de corte comercial.
Foto: Artisan Entertainment
En la película hay cerca de 150 efectos digitales. El director y sus amigos de la escuela de cine formaron Amoeba Proetus, una compañía digital enfocada en hacer efectos especiales a menor escala, casi imperceptibles y fue esta empresa la que trabajó en la película.
Foto: Artisan Entertainment
La única indicación de Darren Aronofsky para Peter Maloney, quien interpreta al doctor de Sara, Dr. Pill, fue que nunca debía mirar a la actriz Ellen Burstyn. El actor confesó que había sido uno de los papeles más difíciles de su carrera.
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Cuando llegó el momento de grabar la escena entre Gullette y Marion (Jennifer Connelly), Aronofsky decidió que el actor no necesitaba hablar y sólo debía comer un filete de carne. Gullette, que se había preparado mucho para ese momento, se enfadó con el director y terminó por comer cinco filetes y medio para lograr la toma perfecta.