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El rockero argentino Cristian Aldana, cantante y guitarrista de la banda El Otro Yo, fue condenado el viernes a 22 años de prisión por los delitos de abuso sexual y corrupción de menores en un caso que detonó un movimiento de denuncias contra músicos del país sudamericano al estilo #MeToo hace dos años.
Un tribunal penal en Buenos Aires dio por probado que Aldana cometió abusos en cuatro de los siete casos por los que estaba acusado.
“Ya no nos callamos más”, gritaron las jóvenes que denunciaron al músico tras la lectura del veredicto.
Los sucesos ocurrieron entre 2001 y 2008. Las víctimas tenían entonces entre 13 y 18 años.
“Me hubiera gustado que fueran más años. Para mí los violadores tendrían que estar de por vida en cana (prisión)”, dijo a periodistas Ariell Luján, una de las tres fanáticas de la banda que en 2016 denunciaron los vejámenes de Aldana en un video que se hizo viral y que luego ratificaron con una denuncia formal ante la justicia.
“No se va a reparar, pero ayuda para que otras personas puedan hablar sin vergüenza ni culpa. Tiene que empezar a resquebrajarse el machismo en el ambiente de la música, tenemos que romper estos silencios”, agregó.
Aldana, de 48 años, no estuvo en la sala al momento de la lectura del veredicto. Detenido desde diciembre de 2016, el músico dijo a los jueces en su alegato final: “Me considero una persona de bien y me voy a ir a dormir en paz, aunque sea en un penal de máxima seguridad. Porque yo estoy defendiendo la verdad, mi verdad”.
“Estoy convencido de que antes de que comenzara el juicio yo ya estaba condenado, porque soy un condenado mediático”, afirmó Aldana, quien posó para los fotógrafos con un cartel escrito a mano en el que decía “Sin defensa no hay juicio”.
El fiscal Guillermo Pérez de la Fuente había solicitado una pena de 35 años de prisión para Aldana por "abuso sexual agravado por haber sido gravemente ultrajante y con acceso carnal, cometido por los menos en tres oportunidades y reiterado en perjuicio de seis víctimas”, así como “corrupción de menores”.
“Manipuló a las niñas, las intimidó, se aprovechó de su condición de ídolo, la relación de poder que detentaba y la inexperiencia sexual y la vulnerabilidad de sus víctimas”, remarcó el fiscal en su alegato. “Siempre actuaron bajo fuerza y engaño; persuadidas, manipuladas y en una situación de sumisión, inferioridad psíquica y desigualdad”.
Mi Otro Yo es una banda independiente que conformaron Aldana y su hermana María Fernanda a fines de la década de 1980. En el 2001 lanzaron “Abrecaminos”, editado por el sello Surco de Gustavo Santaolalla, y participan en la gira estadounidense Watcha Tour junto a bandas como Molotov, La Ley y Los Enanitos Verdes.
El sitio oficial de la agrupación funcionaba como una especie de red social donde los fans podían contactarse con los músicos. Según la justicia, por esta vía Aldana seleccionaba a sus potenciales víctimas.
Tras contar su experiencia con Aldana, Luján fundó el blog “Ya no nos callamos más”, donde se registraron decenas de denuncias contra otros músicos, algunas de las cuales son investigadas por la justicia.
“Este fallo tiene que tener un impacto social”, resaltó la abogada de las víctimas, Gabriela Conder. “Socialmente tenemos que cuidar a nuestras niñas y niños. Estaba naturalizado que los ídolos de rock estuvieran con niñas. Esto se tiene que terminar. Todos en el mundo de la música sabían que Aldana tenía vínculos sexuales con niñas de 14, 15 y 16 años”.
El tribunal ordenó la extracción de muestras de ADN de Aldana para su incorporación al Registro Nacional de Datos Genéticos (RNDG) vinculados a delitos contra la integridad sexual.