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Con 10 nominaciones, la película 1917 se encamina para ser la sorpresa en los Óscar 2020. Mientras todos discutían sobre la violencia del Joker o los efectos digitales de The Irishman, la película de Sam Mendes sobre dos soldados en la Primera Guerra Mundial se fue encaminando para ser la mejor cinta del año.
Rumbo a la premiación #92 de los premios de la Academia, 1917 acumula nominaciones como Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Original, Mejor Fotografía, Mejor Banda Sonora, Mejor Sonido, Mejores Efectos Visuales, Mejor Diseño de Producción, Mejor Edición de Sonido y Mejor Maquillaje y Peinado.
La película dirigida por Sam Mendes podría arrasar con las estatuillas de la noche. Aunque su trama es simple, narrando la historia de dos jóvenes soldados que deben atravesar el campo de batalla para salvar a sus colegas de una emboscada, los desafíos técnicos que presentó esta producción en el detrás de cámaras son dignos de aplaudirse.
Te contamos por qué 1917, que llega este fin de semana a las salas de cine, podría ser la sorpresa en los Óscar 2020.
1. La película 1917 está basada en una historia real
Sam Mendes se inspiró en las historias contadas por su abuelo paterno, Alfred, para la trama de esta película. Alfred fue un soldado en la Armada Británica durante la Primera Guerra Mundial, pero su nieto se tomó algunas libertades creativas para la cinta.
Foto: Universal Pictures
2. La cinta 1917 no está grabada en una sola toma
Aunque 1917 da la ilusión de haber sido grabada en una sola toma, en realidad se basa en cortes ocultos, como los que Alfred Hitchcock usó en La Soga y también vimos en Birdman, de Alejandro González Iñárritu. De esta forma, cuando era necesario cortar, un objeto bloquea la cámara o se esconde la transición y voilá, parece que la siguiente toma se une a la anterior como por arte de magia.
Foto: Universal Pictures
3. En 1917 tuvieron que construir sets a escala
Para planear a detalle como se grabaría cada una de las escenas, se construyeron versiones de los sets en maqueta. El equipo de producción incluso llegó a simular en estos modelos cómo se reflejarían las bengalas usadas en la filmación, para que ni una sombra se saliera del plan.
Foto: Universal Pictures
4. Cavaron trincheras reales
Para lograr el ambiente claustrofóbico de un campo de guerra, se cavó más de un kilómetro de trincheras reales.
Foto: Universal Pictures
5. Les tomó meses de ensayo perfeccionar cada toma
Normalmente los actores ensayan sus escenas el mismo día que se graban, pero como en este caso no podían poner ni un pie fuera de lugar, tuvieron que repasar por cuatro meses cada fragmento de la historia.
6. La cámara nunca se mueve hacia atrás en 1917
Al momento de grabar, la cámara nunca se podía mover hacia atrás o retroceder, ya que cada personaje tenía un punto de destino y un punto de llegada fijo y no podían dar marcha al revés. Para solucionar este problema, la producción recurrió a tomas en 360 grados que ocultan los cortes entre escenas.
Foto: Universal Pictures
7. Para 1917 se usó luz natural
Para no arriesgarse a que algún foco o instrumento de iluminación saliera a cámara en las tomas 360, la producción optó por usar mayormente luz natural. Como las condiciones óptimas eran las de los días nublados, en cuanto salía el sol tenían que dejar de grabar por ese día.
La excepción fue una torre de luz gigantesca que se empleó para iluminar uno de los pueblos destruidos por la guerra.
8. Un encendedor casi arruina a 1917
Una de las partes más difíciles para el equipo fue grabar las escenas donde el teniente Leslie (Andrew Scott) enciende un cigarro. El actor simplemente no podía hacer que el encendedor funcionara en sus tomas, por lo que se perdió casi un día de producción en coordinar este momento en cámara.
Foto: Universal Pictures
9. La toma más difícil de 1917
A lo largo de toda la cinta de Sam Mendes hubo desafíos técnicos que debían sortearse, pero nada como la toma en la que Schofield (George MacKay) corre por un campo de batalla.
Mientras el actor se desplazaba a toda velocidad, el equipo detrás de producción tenía que trasladar la cámara de una grúa a otra y después, seguir la escena montados en la parte de atrás de un auto. Los técnicos a cargo de esta tarea iban disfrazados como extras, para poder cruzarse en la toma sin llamar la atención.
10. Los tropiezos en 1917 no eran planeados
La escena antes mencionada, la cual cierra el tráiler de 1917, muestra a Schofield resbalar y chocar contra varios soldados mientras avanza. Los cruces no estaban planeados, pero Sam Mendes decidió seguir rodando para simular el caos real de un momento en la guerra.