Un hombre italiano de 58 años, acusado de usurpar la identidad de George Clooney, ha sido detenido en Tailandia, junto con su esposa, después de que, supuestamente, utilizase la imagen del actor estadounidense para crear marcas de ropa, estafa y fraude. El matrimonio llevaba fugado de Europa desde que el intérprete interpuso una demanda en 2010.
Francesco Galdelli y su esposa, Vanja Goffi, de 45 años, llevaban siendo buscados por la Interpol desde el 2013.
Tres años antes, la pareja fue demandada por George Clooney en Italia, donde Galdelli fue acusado de suplantación de identidad, al utilizar el nombre del actor de manera fraudulenta para anunciar sus negocios de ropa. En el país transalpino, la pareja está acusada también de estafa.
Galdelli y Goffi huyeron de Italia para evitar la cárcel, después de que un tribunal de Milán los condenase por fraude.
En 2013, la Interpol interpuso una orden de búsqueda y captura. La pareja encontró refugio en Tailandia hasta el día de su arresto. En el país asiático mantuvieron su negocio ilícito, al utilizar el nombre del actor de 'Up in the Air' para vender falsificaciones de ropa y relojes.
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Dos millones de euros en estafas
Las estafas llegaron a ascender a los dos millones de euros. La pareja fue arrestada en la ciudad de Pattaya, gracias a una operación conjunta entre las autoridades tailandesas y las italianas, según anunció la División de Supresión del Crimen en Tailandia. La policía rodeó una villa de lujo, donde el matrimonio se había escondido.
"Durante el interrogatorio, Galdelli confesó haberse hecho pasar por George Clooney para crear marcas de ropa por Internet con el objetivo de estafar a posibles clientes", declararon las autoridades tailandesas mediante un comunicado. Tanto Galdelli como Goffi serán entregados a la policía italiana.
En Italia, al caso se lo describió como "estafadores expertos" y fueron comparados con la pareja criminal Bonnie y Clyde.
"Estas personas están usando mi nombre, no para engañarme a mí, sino a otras personas", declaró George Clooney durante el juicio en 2010. El protagonista de 'Michael Clayton' y 'Los descendientes', decidido a mostrar su plena confianza en el sistema judicial, testificó durante 90 minutos en el tribunal de Milán.