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El día que Ana de la Reguera y Olga Segura llegaron a San Miguel Tecuanipa, Puebla, para apoyar a familias afectadas por el sismo del 19 de septiembre, nadie sabía quiénes eran.
En la comunidad, ubicada a más de una hora de la capital poblana y prácticamente en un cerro, pocos tienen señal de tv porque no llega con suficiente fuerza.
A Julia Rosales, cuya familia perdió la casa que por más de 20 años había construido con su esposo Jaime González, así le pasó.
“Un día me dijeron que habían venido unas señoritas actrices y que a lo mejor nos apoyaban y, la verdad, hasta pena da decirlo, pero casi no vemos televisión, aparte somos campesinos y mis hijos deben estudiar”, señala Julia.
Ella, junto con otras cuatro familias del lugar, recibieron una casa de 49 metros cuadrados con block y varilla, a diferencia del adobe de las derrumbadas.
Ana y Olga, junto con Karla Souza y Kate del Castillo, impulsaron la asociación Los Ángeles en México, basada en EU, a la cual se sumaría posteriormente Esmeralda Pimentel, para ayudar a los afectados.
Los recursos provienen principalmente de EU, a través de sponsor y la venta de playeras del grupo. Se ha logrado recaudar 81 mil dólares (un millón 700 mil pesos, aproximadamente), cifra que permitirá además de las cinco casas ya entregadas, la construcción de otras 13 en un terreno evaluado por ingenieros.
“La asociación permite estar todo el tiempo lista para reaccionar y los recursos son completos, a diferencia de hacerlo en una plataforma, donde se queda el 20%”, detalla De la Reguera.
Cada uno de los hogares se hace de acuerdo con las necesidades de los afectados. Víctor Rojas y su familia de 10 miembros sufrieron la destrucción de su casa. Las autoridades le dieron 15 mil pesos para levantarse, pero el dinero sólo sirvió para un cuarto en la que todos dormían.
“De pronto ellas llegaron con despensas y así las conocimos”, refiere Rojas.
Cada que avanza el tiempo, a Los Ángeles en México le es más complicado obtener recursos. Pero el compromiso de todas es seguir ayudando.
“No nos estamos avorazando, todo al tiempo”, explica De la Reguera.
Verónica, hija de Areli Rosales, apenas se recupera del miedo de aquella tarde del 19 de septiembre. Esa vez la tierra, recuerdan, bufó y se sintió un leve aire antes de comenzar el sismo.
“El día 19 nosotros saldremos con nuestras camas de la casa, no vaya a pasar lo mismo”, comenta doña Julia, dedicada a la venta de pan.