Bogotá.— “Tenemos más dinero del que necesitamos en esta vida... y en la próxima”. En eso coinciden los ladrones de La casa de papel, la serie que tan sólo en 2018 generó unos 400 millones de pesos para la compañía productora de su creador, Alex Pina.
Pero igual que en el programa de Netflix, en el cual la ambición de los personajes los lleva a imprimir cada vez más dinero, en la realidad La casa de papel crece y se expande. Ayer se anunció que habrá un mini videojuego en colaboración con Rainbow Six Siege, la popular franquicia que se centra en un equipo táctico que debe desactivar bombas o rescatar rehenes.
Este proyecto se suma al libro que se publicará la próxima semana, centrado en el personaje del Profesor y en el cual el lector tendrá que resolver algunos enigmas a partir de fotogramas de capítulos de la propia serie. “El diario del Profesor” es el subtítulo de este volumen en el que, de manera interactiva, se podrán escoger las aventuras y sus finales.
Jesús Colmenar, director de la serie y mano derecha de Alex Pina, acepta, en entrevista, que el proyecto creció más de lo que suponían. “Hemos tenido muchas propuestas en torno a La casa de papel, peticiones de los fans y exigencias de las compañías. Pero lo que hemos tratado es no aprobar nuevas colaboraciones, si no están acorde con el espíritu original de los personajes creados por Pina”.
Sierra lleva la operación contra el segundo atraco.
Porque el origen de este imperio son los personajes, a cuyos actores la riqueza y la fama los tomó por sorpresa. “Con la tercera temporada, resulta que tengo más dinero del que puedo gastar, si uno quita las necesidades infundadas que impone la sociedad, pues resulta que lo que uno necesita no es tanto”, dice Alba Flores, quien interpreta a Nairobi, la asaltante que se encarga de supervisar la impresión del dinero robado”
Álvaro Morte, quien interpreta al cerebro de los ladrones en la serie, Sergio Marquina, dice que al ganar tanto dinero (oficialmente no se conoce la cifra pero se habla de que cada actor percibe hasta 100 mil dólares por capítulo) se ha dado cuenta de que lo realmente no es ser rico.
“Importa más ser honesto contigo mismo o poder salir a la calle en el anonimato y con tranquilidad que tener millones en el banco”, dice Morte, quien luego de tres temporadas se siente mimetizado con la mentalidad del Profesor.
“No pienso que el dinero sirva para ser ostentoso. Yo creo más en la filosofía de mi personaje que, cuando sale del atraco con el dinero, se va a vivir al sudeste asiático buscando una vida tranquila”.
El actor está seguro de que los atracadores de La casa de papel son movidos no por una ambición económica sino por una visión moral: dar un golpe al sistema financiero, tambalearlo.
Por eso, aunque ahora Álvaro Morte tiene en su cuenta más dinero del que hubiera calculado hace tres años, tiene una certeza: “El dinero no te da felicidad; te da tranquilidad, es innegable, pero no me veo, por mucho, haciendo alarde de lo que ganamos”.
Río y Tokio son el detonante de la tercera temporada.
La soledad
Yashin Dasáyev tiene una técnica infalible para que no se le suba a la cabeza la fama ni el dinero. “Apago la luz de mi dormitorio y me doy cuenta de que no hay escapatoria”, explica el actor con un aire de filósofo.
El intérprete del personaje de Helsinki, uno de los más entrañables de La casa de papel, mira con cierto recelo la vorágine que ocurre alrededor suyo, ahora que, por ejemplo, se espera el estreno de la cuarta temporada de la serie para comienzos de 2020 y con la posibilidad de que exista una quinta.
Además de que ha surgido la idea de lanzar una serie alterna centrada en alguno de los personajes.
Dasáyev tiene claro que este emporio que se ha levantado alrededor de la franquicia de papel ha tenido un precio para ellos, los actores.
“Nos costó la intimidad. El poder pasar desapercibido”.
Álvaro Morte está de acuerdo con él y lo interrumpe para completar la idea: “La fama te abre algunas puertas, sobre todo en el plano de lo laboral, pero te quita muchas otras cosas”.
Por eso, Alba Flores está segura de que por encima de salario y popularidad, La casa de papel les ha dado algo más valioso.
“Tenemos la oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos”.
Y para el intérprete de Helsinki, la respuesta a la felicidad se resume en una palabra: amor.
Juegan a ser ladrones
“Esto es un juego, esto es un juego”, repite un joven mientras el ladrón que está a cargo le apunta con la ametralladora y grita: “¡La policía va a entrar, necesitamos de vuestra ayuda!”
Así, con acento español, un grupo de actores guía la experiencia del Escape Room La casa de Papel, que efectivamente es un juego en el que se recrea el robo de la serie de Netflix La casa de papel.
El comienzo es tranquilo: hay que ponerse el traje rojo y la máscara de Dalí. Se reciben instrucciones para resolver algunas pistas y hasta ese momento la cabeza tiene claro que esto es una experiencia de rol.
Pero cuando se encienden las alarmas y se escuchan disparos y granadas, la mente y el cuerpo se alteran: hay que correr para que la policía de Madrid no entre a la Fábrica de Moneda y sobre todo para evitar las balas y las explosiones.
El primer Escape Room se instaló en Madrid el año pasado. Cerró una primera temporada con 80 mil jugadores que intentaron salir con vida y con el dinero.
Luego se instaló otro en Bogotá, Colombia, y en los próximos días se reabrirá el de Madrid, que tiene lista de espera en la venta de boletos.
Hasta el momento se han colocado ya 13 mil entradas.
44 MILLONES de espectadores tiene La Casa de Papel en Netflix durante 2019.
80 MIL PERSONAS han vivido la aventura de Escape Room, que recrea el robo de la serie.