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"En el espacio nadie puede oír tu grito" es posiblemente uno de los eslóganes más famosos de la historia del cine. Con él se promocionó "Alien", la obra maestra de la ciencia ficción que cumple 40 años y en la que una criatura que se puso a bordo de la nave Nostromo cambió el cine para siempre.
El 25 de mayo de 1979 el mundo conocía por primera vez el filme dirigido por Ridley Scott y quedó fascinado ante un viaje que combinó ciencia ficción y horror como nunca antes se había visto.
Claustrofóbica, futurista, intensa e, incluso, feminista. "Alien" continúa recibiendo elogios e inspirando nuevas películas, secuelas y precuelas.
Este año varios cines en Estados Unidos y otras partes del mundo han incluido esta pieza audiovisual de 1979 entre su programación para celebrar su 40 aniversario.
La obra de Scott resiste bien el paso del tiempo. Cuatro décadas después, buscamos los motivos por los que la aventura de la nave "Nostromo" sigue en la retina de muchos.
Una estética unolvidable, una pieza única
Para ser una película de ciencia ficción, "Alien" depende poco de la tecnología. Los ordenadores, naves espaciales y armas galácticas tienen su presencia pero no son fundamentales en la trama. Así, cuanto más tiempo pasa, más se entiende la película como una pieza única. Un universo con personalidad propia.
"Alien" fue la segunda película de Scott, un director que llegó al cine desde el mundo de la publicidad y que con su visión fue determinante para crear una estética y tono exclusivos.
No son sus efectos especiales ni sus imaginativos inventos, la clave del éxito de "Alien" reside en ese ambiente claustrofóbico y futurista, pero con estética ochentera, que a día de hoy mantiene cierto encanto "lo-fi", imperfecto pero redondo.
Las camas en las que la tripulación despierta, dispuestas en forma de pétalos que se abren en una flor de loto, son el mejor ejemplo de ese diseño original.
Un coctel transgresor
Scott se adelantó al debate sobre la inteligencia artificial y la manipulación genética al presentar a una criatura creada y gestada de forma desconocida, pero cuya vida se desencadena gracias a la intervención humana.
Esa "cosa" amenazante del espacio unió la violencia de las películas de acción con temas más controvertidos como la reproducción, la sexualidad y el mundo alienígena. Un cóctel casi paranoico que llegó cuando el mundo se recuperaba de los primeros viajes al espacio y que aún mantiene su esencia transgresora.
Impulsó el feminismo en la ciencia ficción
Los productores de la película decidieron dar el personaje principal a una mujer ya que pensaron que podría ayudar a "Alien" a destacar en un género como el de la ciencia ficción, dominado por personajes masculinos.
Así, Sigourney Weaver, una actriz de Broadway desconocida en Hollywood, interpretó a la piloto Ellen Ripley con una actuación que encandiló a Scott y acaparó varios premios.
La cuestión es que el personaje ya estaba ideado antes de que se seleccionara a Weaver para interpretarlo.
Ripley, como líder de la nave, nunca se concibió como una mujer, lo que eliminó cierto sesgo de género aún muy presente en las producciones de aquella época.
Weaver explicó en una entrevista que su actuación coincidió con un nuevo movimiento feminista en la década de los 1970: "Las mujeres se estaban agitando para formar parte del ejército, trabajar en almacenes y conducir camiones", dijo al diario "The Independent" en 2014.
Fascinó con su futuro imaginado
La ciencia ficción nos atrapa. Los universos imaginados, los que están por venir, sean deseables o indeseables, tienen un poder de seducción inigualable.
Con "Alien", Scott imaginó el año 2122 cuando el mundo, en 1979, aún soñaba con conquistar el espacio.
Tres años después, en 1982, el mismo director volvió a imaginar el mañana en "Blade Runner", otra pieza de culto que recreó un futuro al que ya hemos llegado: 2019.
"Alien" tiene aún más margen y aunque tampoco se cumplan sus pronósticos, seguirá en el podium del cine de culto, junto a universos como el de "Star Wars" o "2001: A Space Odyssey".