Durante más de 20 años, Harvey Weinstein fue un infaltable del festival de Sundance, gastando millones de dólares para adquirir las perlas del cine independiente.
Este año regresará, pero en un documental que expone su estrepitosa caída con la palabra de sus víctimas.
Dirigida por Ursula Macfarlane, "Untouchable" ("Intocable") no busca hacer nuevas revelaciones sino más bien reflejar, tan fielmente como sea posible,la grandeza y la decadencia de uno de los hombres más poderosos de Hollywood, que actualmente espera un juicio por violación y agresión sexual.
El festival de Sundance, que supo ser un coto de caza para Weinstein, presentó la película el viernes en su estreno mundial, horas después de la proyección de "Leaving Neverland", un documental donde dos jóvenes aseguran haber sido agredidos sexualmente por Michael Jackson durante su infancia.
También son las víctimas las que constituyen la trama central de "Untouchable". En las voces de mujeres desconocidas o celebridades, la cinta avanza sobre los abusos, las amenazas y el apetito sexual insaciable de Weinstein, quien actuó libremente y con impunidad. Entre ellas está la actriz Rosanna Arquette, una de las primeras en acusar públicamente al productor en un artículo periodístico de la revista estadounidense The New Yorker, escrito por Ronan Farrow.
"Ya era hora", dijo Arquette a la AFP en la "alfombra negra" del estreno. "Había cada vez más agresiones y abuso de poder de un hombre muy poderoso que podía destruir una vida con solo chasquear sus dedos; realmente era el momento", agregó.
La actriz de "The Big Blue" recuerda que las denuncias habían comenzado incluso antes del escándalo Weinstein. "Estaban las mujeres de Bill Cosby, que hablaron antes que nosotras. Después fue nuestro turno", dice. "Y al parecer, como muchas de nosotros éramos actrices famosas, la gente se preguntaba a sí misma '¿Qué?', y comenzó a crecer. Hoy en día es un movimiento global, está en la India, en África. Está en todas partes".
Mcfarlane fue contactada por los productores de "Untouchable" justo después de las revelaciones de The New York Times y de The New Yorker,en octubre de 2017. Ella dijo que sí sin dudar, confió a AFP.
"Trump se había mudado a la Casa Blanca, y hubo un gran momento, la Marcha de las Mujeres", recordó. "Creo que la gente sintió que la ira subía cuando veían a este tipo (Weinstein) y a muchos otros como él, siempre saliendo airosos, sin preocuparse".
Macfarlane no conoce a Weinstein en persona pero eso no le impidió recrear al personaje. "Para ser honesta, cuando leí estos testimonios no me sorprendió, porque obviamente conozco el comportamiento de muchos otros hombres en estas esferas".
Sin embargo, lo que la asombró fue descubrir "los múltiples niveles de complicidad en la industria del cine" que protegía a Weinstein. "Han pasado décadas desde que las mujeres trataron de hablar y contar la historia, pero no pudieron, porque todas estaban asustadas. Este nivel de poder y temor que fue capaz de sembrar es muy chocante", señaló la directora.
El escándalo de Weinstein, a su vez, ha generado un desafío sin precedentes en la industria de Hollywood y en otras. También ha liberado las voces de miles de mujeres, particularmente a través del movimiento #MeToo.
Un año y tres meses después del "terremoto", Arquette cree que ya es hora de que los hombres participen más en el debate y que abandonen definitivamente el mundo anterior a Weinstein. "Creo que las personas, especialmente los hombres, miran su reloj y dicen: '¿Cuándo se detendrá?' Pero esto no es un ataque contra los hombres".
"Hay muchos hombres geniales, y estos son los que tienen que luchar con nosotras, a nuestro lado, y tratar a las mujeres con respeto. Eso es todo lo que pedimos, nada más. Hubo un cambio de paradigma y no vamos a volver, se acabó", dijo la actriz.
Macfarlane también piensa que el cambio es irreversible. "La conciencia sobre este problema está cambiando y creo que el mundo de Harvey Weinstein dejará de existir, realmente lo creo. Aunque puede llevar más tiempo de lo que deseamos. Ese es el problema".