Por primera vez desde que su padre fue señalado en 2008 por una corte de California como su tutor, la cantante Britney Spears de 39 años habló ayer ante un juez de Los Angeles para pedir formalmente el término de esta medida, que la ata de manos al tomar cualquier decisión e incluso le niega libertades personales básicas.
En torno a la "Princesa del Pop" hay todo un movimiento llamado #FreeBritney, que clama porque la cantante sea "liberada" de la tutela o la curaduría como también se le ha llamado a la supervisión de su padre, luego de una serie de crisis emocionales que Britney tuvo entre 2007 y 2008 y que fue relatada excesivamente por la prensa.
Desde ese entonces, Britney había hablado poco del tema, pero dos mujeres clave convirtieron en 2017 su pasatiempo de analizar las publicaciones de Spears en Instagram en un podcast, “Britney’s‘ Gram”, y eso ayudó a crear el hashtag #FreeBritney.
Más allá de la farándula, no sólo los fans defienden a Britney, las feministas han dado seguimiento al caso y reivindican que todas las mujeres deben tener derecho a decidir sobre su cuerpo, pues frases como las siguientes han causado impacto sobre el grado de control que una mujer adulta puede llegar a tener por un periodo de su vida, pero que en contraparte, los hombres no.
"Sólo quiero que me devuelvan mi vida. Han pasado 13 años y ya es suficiente"
"No soy feliz. No puedo dormir. Estoy furiosa. Es insano"
"Este conservadurismo es abusivo. Quiero cambios, merezco cambios"
"Quiero mi vida de nuevo"
"No había vuelto a intervenir porque en la audiencia anterior no me sentí escuchada"
"Esta tutela está pagando el sueldo de mucha gente. Estoy harta", continuó.
"Tengo un DIU (dispositivo intrauterino) en mi cuerpo en este momento que no me deja tener un bebé, y mis tutores no me dejan ir al médico para que me lo saque".
"Me gustaría demandar a mi familia y compartir mi historia con el mundo"
"Solo quiero tener mi propio dinero y poner fin a esto, que mi novio me lleve en su jodido coche"