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La adicción al trabajo (también denominada con el término anglosajón workaholics) se caracteriza por una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar de forma constante. Este comportamiento puede interferir en la salud física y emocional, así como en las relaciones sociales.
Las personas con adicción al trabajo suelen trabajar “sin obligación” fuera de horas, dedicando un tiempo excesivo a su labor profesional y sintiéndose mal si no lo hacen. Este hecho hace que muestren desinterés por otras facetas de su vida como hobbies o la vida social.
Rubén, a quien llamaremos así para proteger su identidad, es un hombre de 36 años y diariamente dedica hasta 14 horas a la actividad laboral, tiene tres empleos que no sólo le sirven para sustentar a su familia sino para olvidarse de los problemas del hogar que esto le ha traído.
"A nivel personal con mi esposa ya no es la misma confianza - dice - se pierde un poco, por esa relación que se tiene, prefiero muchas veces estar trabajando que estar en la casa aguantando estos tratos con mi esposa", señaló.
Hace un par de años, se volvió adicto al trabajo, un escaparate que le ha quitado la vida social, la convivencia familiar y la armonía en el hogar.
" Llevo 10 años laborando en esta empresa, me dedico a la producción audiovisual y tengo un negocio de fotografía y vídeo que además combino con el trabajo de transporte de usuarios en una plataforma digital, realmente llego a mi casa a descansar (a dormir) para reanudar la jornada al día siguiente", explicó.
Aunque Rubén prioriza la parte económica el conjugar tres empleos, implica cierto nivel de estrés, quita horas de comida, puede desencadenar en padecimientos gástricos, o bien, originar daños a la salud mental, según especialistas.
"Las cuestiones pueden ser varias: desde tener una mala relación familiar, son las personas que prefieren el trabajo a la familia; y entonces cuando estás trabajando es una buena justificación para no ir a casa, la realidad es que en México también está la necesidad económica, generando un daño en las relaciones sociales", puntualizó el psicólogo Jaime Sebastián Galán.
El síntoma más notable que presenta Rubén son los intensos dolores de cabeza, y pequeños ataques de ansiedad que calma con cigarrillos.
"Yo siento que está bien que distraiga mi mente en el trabajo más que en la casa, dónde estoy peleando constantemente o que me está reclamando, pero pues siento que que en realidad está bien dedicarle el tiempo al trabajo es algo saludable".
Los adictos al trabajo tienen la imperiosa necesidad de trabajar y cuando no lo hacen experimentan ansiedad, depresión o irritabilidad, suelen llevarse trabajo pendiente a casa, no desconectan el fin de semana y en vacaciones se llevan el ordenador portátil para continuar trabajando. Para una adicto al trabajo, esto constituye el centro de su vida, quedando todo lo demás, incluida la familia o los amigos, en un segundo plano.
La Organización Mundial de la Salud estima que al menos el 40 por ciento de la población en el país padece estrés, o un trastorno llamado síndrome de Burnout, qué se caracteriza por un progresivo agotamiento físico y mental, así como falta de motivación absoluta por las tareas realizadas, y en especial, por importantes cambios de comportamiento en quienes lo padecen.