Tras la manifestación de un grupo de trabajadores de la Dirección de Agua Potable y Alcantarillado (DAPA) durante la visita del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador en Ciudad Valles, Jesús Priego Rivera, vocero del arzobispado de San Luis Potosí, lamentó la actitud del mandatario porque dice ser muy cercano del pueblo y por otro lado pone una barrera y se molesta señalando que se tiene que respetar su investidura y su autoridad.
Priego Rivera recalcó que el estilo de López Obrador de no tener mayor seguridad y moverse entre multitudes provocó que cualquier manifestante que se sienta agraviado por alguna circunstancia se sienta con la confianza de acercarse directamente al presidente, siendo que el mandatario tiene derecho a descansar, pero la gente también tiene derecho a ser escuchada.
Asimismo, refirió que este estilo de giras y de estar con el pueblo ponen en una posición de vulnerabilidad a la figura presidencial, en este caso fue que no lo dejaron descansar, pero en otra ocasión -que dios no lo quiera- pueden acercarse a él para agredirlo; el tema es que se notan las diferencias entre lo que pregona y lo que hace.
El vocero subrayó que lamentablemente la cuarta transformación no se ha visto como tal y al contrario parece más de lo mismo y hay muchos signos para afirmarlo como es el caso de Baja California al ampliar su mandato demostrando voracidad en el poder, el tema de los asesores a los que se les cobra "moches" en el Congreso del Estado, entre otros casos, "ojalá que la 4T no sea solo el mismo infierno, pero con diferentes diablos".
Finalmente, indicó que criticar o cuestionar al presidente o a su movimiento no significa ser su enemigo o su adversario y puso el ejemplo de que hasta los hijos son los más críticos de sus padres y tal vez sus señalamientos son los que más les duelen, pero de cualquier forma son amados por sus hijos quienes podrían dar la vida por ellos.
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vkc