No existen parroquias en San Luis Potosí donde no se haya experimentado la extorsión o el robo, de ahí que la iglesia católica ha tenido que formalizar algunos protocolos de autoprotección ante la nula respuesta de las autoridades responsables de brindar la seguridad, señaló el vocero del arzobispado potosino Juan Jesús Priego Rivera, quien señaló además que los mecanismos de autoprotección de algunos vecinos del barrio de Tequis son resultado del alto riesgo de inseguridad que se está presentado en la ciudad.
El sacerdote señaló sin embargo que existe un riesgo de tomar la justicia por propia mano no solamente por el grado de inseguridad, sino también por las condiciones en las que está operando el nuevo sistema de justicia penal, el cual pareciera que protege más a los delincuentes y deja en indefensión a las víctimas; declaró que aun cuando una persona sea moralmente responsable, a falta de una integración completa de la carpeta o expediente de investigación, quienes administran la justicia se ven obligados a dejar libres a los delincuentes.
Lamentó que esta situación esté poniendo en jaque el patrimonio de las familias de las víctimas, que en muchas ocasiones deben pagar altas sumas de dinero en nosocomios donde son atendidos sus familiares que luchan por sobrevivir ante las agresiones que son resultado de algún asalto, por lo que el modelo a pesar de que se hablen mil cosas bellas de éste, sigue presentado inconsistencias que a la luz de la sociedad obligan a tomar medidas de apremio como la autoprotección.
Además adelantó que la iglesia católica habrá de tomar parte de las mesas de trabajo que se realicen en torno al tema de la seguridad y del modelo de justicia penal que el nuevo gobierno federal pretende poner en el centro de la discusión, para poder ejecutar adiciones o modificaciones ante los resultados que se han estado reportando desde su implementación.
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apl