El ahora arzobispo emérito de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, reconoció que los casos de pederastia clerical, especialmente el caso de Eduardo Córdova Bautista y otros sacerdotes que cometieron delitos representó la prueba más difícil que vivió al frente de la Arquidiócesis, también admitió que, aunque se va agradecido, se siente insatisfecho con su desempeño.
Cabrero Romero sostuvo: “tuvimos que dar respuesta a este tipo de situaciones que conmovieron a la Diócesis y afectaron a la vida de la familia potosina, tal es el caso de Eduardo Córdova y todo lo que eso implicó, para uno fueron muchas pruebas y situaciones muy complejas, pero que tuvimos que ofrecer claridad a la sociedad potosina”.
Explicó que no puede decir que se va satisfecho, porque siempre habrá pendientes y cosas por hacer al interior de la iglesia, pero dijo sentirse tranquilo y esperar que el día que esté delante de la presencia del señor, pueda dar respuesta por la encomienda que se le dio “me voy en paz y tranquilo, estoy dejando una iglesia que se ha venido recuperando poco a poco”.
Agregó que además más recientemente otro fuerte golpe a la iglesia potosina ha sido la pandemia del Covid-19, tan es así, que ha dejado un saldo fatal de 19 sacerdotes fallecidos “son palos que no se va a poder quitar uno”, además en un contexto de que en la cuestión vocacional cada vez son menos los jóvenes que deciden seguir la vida sacerdotal.
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Finalmente, dijo desconocer cuándo arribará el nuevo arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, sin embargo, apuntó que lo que le depara su futuro, lo pondrá en manos del nuevo arzobispo a quien se pondrá a disposición su servicio, ya sea como párroco, maestro en el seminario o cualquier función que decida el nuevo arzobispo que tenga que realizar.