“Ojalá, dios quiera” algún exgobernador termine en la cárcel señaló el gobernador de San Luis Potosí Ricardo Gallardo Cardona, quien se pronunció de lo que ha llamado la “herencia maldita”, e incluso adelantó que está preparando una especie de consulta popular para que sea la gente la que decida a cual exmandatario vaya a juicio.

Entrevistado en el marco de la reinauguración de que fuese la Casa de Gobierno por más de 40 años, ahora convertida en albergue para niñas y adultos mayores, Gallardo Cardona arremetió en contra de sus antecesores, recordó que esta casa era un monumento a la opulencia y a la corrupción y, señaló que no dejaron nada, se llevaron desde los cuadros, esculturas y hasta las alfombras que había en esa residencia.

Comentó “vamos ahorita a diseñar algo para que la gente pueda votar y pueda decidir cual gobernador hizo las cosas bien y cual no, yo no digo que todos sean malos, vamos a ver la gente que opina de ellos y si los enjuiciamos o no los enjuiciamos, de todos modos todos tienen carpeta de investigación, todos tienen pendientes y robos, no hay uno que se haya salvado”.

Gallardo Cardona añadió que nunca se aclaró el préstamo de última hora que pidió el exgobernador Marcelo de los Santos Fraga por mil 500 millones de pesos, mientras que, Fernando Toranzo solo reportó 750 millones de pesos y cuando se fue tampoco aclaró en que se gastó ese dinero “hay muchos documentos que ellos mismos dejaron que se perdieran y la Procuraduría les rendía cuentas a ellos mismos, todavía el pasado fiscal también lo pusieron ellos, entonces hicieron y deshicieron”.

Puntualizó que hay testimonios y algunos documentos con los que se pueden armar las carpetas de investigación para tener claridad sobre las cosas. Asimismo, aseveró que aunque hayan pasado 12 o 18 años, son delitos que no prescriben pues son daños al erario público y tienen que pagar.

Finalmente, ejemplificó el tamaño de la corrupción que había con el hecho de que por sexenios la recaudación propia del gobierno estatal rondaba los 4 mil millones de pesos y cuando él entró el primer año se recaudaron prácticamente el doble “y no es porque nosotros seamos unos chingones para recaudar” es evidente que al ser dinero en efectivo, dinero líquido, gran parte de ese recurso simplemente no lo reportaban, se lo embolsaban y se lo repartían entre los funcionarios de alto nivel.

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