El coronavirus llegó en el momento más importante para San Luis Potosí: la Semana Santa, lapso con un significado especial por la cantidad de eventos de carácter religioso y cultural que se realizan.
Este año, la Procesión del Silencio celebraría su edición 67, la cual iba a estar integrada por más de 30 cofradías que ya habían ensayado para el evento, el cual es reconocido a nivel nacional e internacional, y que se cataloga como el segundo más importante en el mundo.
Sólo habían pasado un par de días desde la presentación del cartel conmemorativo, cuando los organizadores anunciaron sobre la suspensión de la Procesión, que esperaba aglutinar a al menos 60 mil visitantes y que sería ancla de otros 35 eventos culturales en la capital y en el interior del estado, que en conjunto proyectaban reunir a 107 mil turistas y una derrama de hasta casi 100 millones de pesos.
Foto: Archivo. EL UNIVERSAL
Para los organizadores, la contingencia sanitaria no sólo dejó pérdidas económicas importantes, sino que generó la interrupción de una secuencia de procesiones que ganaron terreno importante en la agenda de prioridades del turismo nacional y extranjero por años.
Sobre los gastos para producir el evento
En la traza procesional efectuada por las principales calles del Centro Histórico de San Luis Potosí, el comité organizador pone alrededor de 5 mil sillas, asientos que pueden tener un costo que va desde los 50 hasta los 250 pesos, y aunque para algunos potosinos la Procesión del Silencio no debería tener visos lucrativos, para los coordinadores de las 2 mil personas que participan implica la necesidad de contar con recursos para mantener el evento al nivel.
Foto: Archivo. EL UNIVERSAL
Pese a que organizadores no han revelado el monto de los gastos utilizados hasta ahora, se sabe que la promoción del evento ya se había difundido en algunas ciudades de la República, mismas en las que es necesario generar divulgación en medios digitales, revistas u otros medios.
En la Procesión también se realiza la venta de productos como cromos, figuras, llaveritos, ropa y recuerdos hechos con motivo de ésta; sin embargo, los artesanos, dueños de negocios y la propia Tradiciones Potosinas A.C. deberán esperar otro año para realizar el magno evento o esperar que la contingencia pase pronto para recuperar la falta de actividad económica.
Habrá que esperar a que, una vez que termine la contingencia sanitaria, se determine por parte de los organizadores el efecto real de afectación que deja la cancelación de la Procesión del Silencio 2020 pues, al tratarse también de un evento significativo, subsiste el apoyo que las instancias de gobierno canalizan año con año para su realización.
etp