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Desde hace seis años José Santos deja de lado su vida cotidiana para en la temporada decembrina adentrarse en un enorme traje rojo, llenarse de barbas blancas y soltar espontáneos "jojojo", pues se transforma en Santa Claus, una de las figuras más tradicionales y queridas por chicos y grandes en las fiestas navideñas.
Fue una casualidad sus inicios como el viejo Papá Noel, su esposa, quien es maestra, le pidió de favor interpretar a Santa Claus para un festival escolar, y aunque en un principio se resistió, terminó por aceptar.
Recuerda que ese día la alegría e inocencia de los niños marcaron su vida enamorándose por completo de toda la magia que rodea el personificar a Claus.
Montado en una motocicleta llegó a la comunidad el Porvenir en el municipio de Mexquitic de Carmona, y ahí, entendió que no se trataba sólo de saludar y sonreír, sino de la gran responsabilidad que era convertirse en un personaje tan amado por los pequeños que lejos de pedir, dan la lección más grande de lo que es dar sin esperar nada a cambio.
"Ahí se me acercó una niña con parálisis facial y tenía tanta emoción que me abrazaba y me daba sus dulces, me los daba todo, y eso me marcó porque esa niña me estaba dando todo lo que ella tenía, para los niños sus dulces son en ese momento lo más preciado y ella me ofrecía no uno, sino todos", narró.
De ser un villano, un luchador rudo en el cuadrilátero, Santos se convirtió en el personaje más risueño, aquel que incluso de forma inesperada termina robando lágrimas.
Recuerda que una de las etapas más difíciles como Santa Claus fue durante la pandemia, aunque su popularidad aumentó, recuerda que las experiencias eran no siempre alegres, sino algunas lo dejaban con un nudo en la garganta y un hueco en el estómago, se quedaba sin palabras ante peticiones de niños que querían a sus papás de regreso tras ser arrebatados por el Covid 19.
"Ahora en la pandemia teníamos llamadas a más no poder con experiencias bien fuertes con personas que perdieron a sus seres queridos con la enfermedad, nos pedían llamadas para tratar de darle ánimos a los niños que en muchas ocasiones perdieron a sus papás o a sus abuelitos, y fue bien difícil".
Cuando llegó la pandemia su modalidad de llevar la alegría a Santa Claus se transformó y lo llevó a reinventarse, Santa Claus además de visitar las escuelas, eventos altruistas, también comenzó a realizar video llamadas y videos personalizados.
Con esta dinámica y gracias a su gran parecido las video llamadas y los videos personalizados se han extendido a lo largo y ancho de todo el país, incluso ha atendido videos especiales para niños mexicanos que radican en Estados Unidos.
José Santos reconoce que Santa Claus ha dado un sentido diferente a sus navidades, y ahora, no se imagina dejar de hacerlo, por lo que aprovecha y se entrega en cada visita, cada fotografía, cada "jojojo" y cada abrazo que tiene la oportunidad de regalar.
"Es una experiencia única dar vida a Santa Claus, hay momentos llenos de alegría y otros no tanto, hace unos días estuvimos en una posada con pacientes oncológicos y se acerca un señor y me dice, - Santa vamos a tomarnos una foto, porque siento que este es mi último año, y yo no me queda más que dar ánimos, y siempre recordar a chicos y grandes el hacer el bien".
