Hace dos mes y medio, Rosa Margarita Ortiz, víctima de violación mientras viajaba de la Ciudad de México hacia San Luis Potosí en un autobús de ETN, se mostraba satisfecha con el sistema de justicia mexicano, ya que tras dos años de proceso judicial, finalmente el presunto responsable de haberla violado había sido sentenciado a 111 años de prisión, una sentencia histórica.
Pero desde hace unos días ha sufrido un revés que la mantiene enojada con el sistema judicial. No bastaron las 49 pruebas presentadas en contra del acusado ni las declaraciones de los testigos, solo fue necesaria la apelación del imputado para que tres jueces ordenaran la reposición del proceso, considera la víctima.
Fue el Segundo Tribunal de Alzada del Poder Judicial Mexiquense que, basándose en la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que señala que no deben participar dos jueces en un mismo asunto, tomó esta determinación y es que a mitad del procedimiento el caso de Margarita Ortiz pasó de manos de la jueza Balbina Urban a las del juez Leonardo Fragoso, por decisión del Consejo de la Judicatura.
“Tanto que he pasado durante dos años para que este revés lo hayan dado, o sea, las mismas autoridades en lugar de defendernos a las víctimas nos tratan como si nosotros fuéramos delincuentes”, señaló Rosa Margarita quien se dijo afectada, enojada y decepcionada.
Calculó que si el presente proceso tardó cerca de once meses en concluir, la reposición del proceso significaría un lapso similar de “vivir otra vez lo mismo, a estar yendo al Estado de México, a estar llevando los testigos (…) Ahorita alegan mucho la revictimización, que yo no sabía qué era eso; ahora ya lo entendí, uno tiene que estar viviéndolo una y otra vez”, pese a que se dice que este nuevo esquema de justicia penal busca impedir que esto ocurra.
Mencionó que ahora entiende porque “las mujeres tiran la toalla”, lamentó que aún y cuando su caso ha tenido exposición mediática parece que a las autoridades “no les importa”, “hacer bien las cosas”.
Consideró que estas fallas suceden por la mala capacitación de los operadores, además de una mala aplicación, pues “los delincuentes ya no tienen miedo en México (…) No pueden estar experimentando con este sistema judicial a costa de nosotras las víctimas”, enfatizó.
Hizo un llamado a los candidatos a la presidencia de quienes dijo “al menos yo, estoy harta de que hablen ellos. Quiero que ellos nos escuchen a nosotras las víctimas que somos las agraviadas, que podemos decir lo que está mal” y se pronunció a favor de sentencias más severas como la pena de muerte.
vkc