La mañana de este miércoles 21 de marzo se llevó a cabo la ceremonia conmemorativa del ducentésimo décimo segundo aniversario del natalicio de Benito Juárez García, una de las figuras más importantes de la historia de este país, evento que tradicionalmente se realiza a las afueras del Supremo Tribunal de Justicia del Estado (STJE), pero que en esta ocasión fue desdeñado por el gobernador y otras autoridades de la entidad.
El evento que anteriormente era de las más importantes ceremonias cívicas en el estado, en donde incluso acudía no sólo el gobernador del estado y su gabinete entero, también asistían figuras como el alcalde de la capital, el rector de la UASLP entre otras personalidades, hoy en día todos ellos se ausentaron y en el mejor de los casos mandaron a algún representante.
Sólo el magistrado presidente del STJE, Juan Paulo Almazán Cue anfitrión del evento, estuvo presente como titular y autoridad de mayor peso en el acto, en representación del gobernador del estado Juan Manuel Carreras López, acudió Juan Ramón Nieto Navarro, quien justificó la ausencia del gobernador debido a su “apretada agenda”, pero aseguró que por supuesto siempre honra al Benemérito de las Américas.
El discurso oficial estuvo encabezado por Blas Arriaga Guerrero presidente de la Gran Logia Masónica del Potosí, quien recriminó a las autoridades que los ideales de Juárez están siendo violados, sobre todo ahora que con el llamado “Pacto por México” se renunció a la soberanía nacional y se abrió la puerta para que extranjeros controlen los recursos del país.
Asimismo recriminó los exorbitantes salarios de los funcionarios públicos, la rampante corrupción en todos los ámbitos de la administración pública, la simulación de los partidos políticos y la grosera dilapidación de los impuestos de los mexicanos, todo lo contrario a lo que Juárez promulgó como la honrada medianía y la austeridad republicana.
Finalmente exigió a los candidatos a cualquier puesto de elección popular, pero sobre todo a los candidatos presidenciales a que dejen de “coquetear” con las iglesias pidiéndoles la “bendición”, cuando la lucha de Juárez por la separación Iglesia- Estado fue sangrienta y costó mucho trabajo para que el estado civil se independizara del dominio eclesial.
vkc