Potosinos son poco racionales a la hora de escuchar el discurso de los políticos, quienes optan por la retórica del desprestigio, del miedo, del odio o la denostación, afirmó el doctor Juan Mario Solís Delgadillo, investigador de la Facultad de Derecho de la UASLP, al hacer una valoración sobre el manejo del lenguaje político al arranque de las campañas electorales.

El especialista consideró que esta estrategia del marketing político llegó para quedarse, y difícilmente en el ámbito nacional o local veremos los ciudadanos un lenguaje que motive al análisis a través del discurso que generan aquellos que se postulan para un cargo público, ya que le apuestan a generar emociones para orientar una preferencia electoral y para conseguir notoriedad.

Frases como “nosotros sí tenemos cojones” o “yo sí tengo huevos para enfrentarme” con una alta connotación sexual, ha sido considerada por analistas políticos como una guerra de lodo con poco contenido propositivo, además de una gran cantidad de promesas con poco sustento estratégico para poder alcanzarlas.

Solis Delgadillo dijo que se trata de candidatos que se desinhiben para generar adeptos, pero apuntó que esto no significa que se menosprecie la capacidad intelectual de los votantes quienes simplemente se dejan llevar por el marketing político, ya que es una herramienta poderosa que ataca el cerebro de las personas y suelen apelar más a las emociones.

“Por ejemplo en nuestra vida cotidiana, nuestras decisiones mayoritariamente son reptilianas y no tanto racionales; podemos pensar que en términos financieros estructuramos nuestro compromiso de tal o cual manera, pero cuando estamos ante una oferta pasamos por alto nuestras planeaciones financieras, sucumbimos por efecto de la mercadotecnia y eso mismo ocurre en el ámbito político, se crean necesidades y de ahí los discursos de miedo, de odio o de denostación hacia otra persona con el objetivo de sacar provecho de esa situación”, comentó el profesor e investigador.

gpl

Google News

TEMAS RELACIONADOS