“Yo les pregunto: ¿una muerte es suficiente?, pues depende… porque si es nuestra madre, es nuestra hermana, nuestra amiga, seguramente diremos que sí son personas, no somos números".

Dentro de la lucha para que se apruebe la iniciativa que busca que las mujeres potosinas puedan interrumpir su embarazo en cualquier clínica de salud del estado, la doctora Jessica Yolanda Rangel Flores, profesora de la Facultad de Enfermería y nutrición de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) resaltó que, si bien el aborto es la cuarta causa de muerte asociada a la maternidad, existe una gran cifra negra en cuanto a muertes por aborto debido a que algunos casos son documentados como hemorragias obstétricas o choques sépticos.

“Cuando son temas estigmatizados, es muy difícil hablar de números porque en realidad no se documentan todos los casos y lo otro es: ¿cuántas muertes son necesarias para justificar que se siga muriendo una sola mujer? Ponen en crisis a toda una familia, a todo un grupo social, a toda una sociedad".

Además, señaló que para este procedimiento es necesario el acompañamiento psicológico, ya que muchas mujeres se ven obligadas a practicarse un aborto en soledad debido al estigma que esto conlleva, por lo que se quedan marcadas en el aspecto psicológico el resto de su vida.

Asimismo, recalcó en la importancia del acompañamiento médico, puesto que hay riesgos de que haya hemorragias obstétricas o rupturas uterinas, por lo que ella insiste en que antes de la toma del Misoprostol es necesaria la toma de un ultrasonido, pues no se sabe si el embarazo podría ser ectópico.

“Yo me pregunto cuántas de esas mujeres tienen los medios para irse a hacer un ultrasonido y que les digan que efectivamente es un embarazo y es un embarazo que está implantado dentro del útero. Se toman el Misoprostol y al momento de que se da todo el proceso por supuesto, hay una hemorragia y puede haber una muerte".

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